Con la llegada de la primavera, se podría afirmar que ha quedado clausurada oficialmente la temporada invernal, época en la que la Patagonia argentina protagonismo que no es inusitado. Por caso, la ciudad de Bariloche, en Río Negro, suele ser una de las más visitadas. Y este año, pese a que la nieve demoró su llegada, no fue la excepción. En síntesis, el balance fue aceptable. No obstante, el panorama, en el transcurso de los días, se ha tornado oscuro, opacando el brillo de las calles barilochense. Ocurre que la actual concesionaria del cerro Catedral, -Catedral Alta Patagonia S.A.- (CAPSA), presentó al Intendente Gustavo Gennuso, una propuesta para quedarse con el total de las actividades del centro vacacional por medio siglo más. A cambio, la firma ofrece una inversión de 50 millones de dólares en infraestructura. 
Para ser concretos, lo que proponen es: el desarrollo inmobiliario previsto en la base sur del Catedral y en la ladera norte, que se encuentra a 1200 metros de altitud. Asimismo, la compañía se compromete a invertir la suma propuesta en mejorar y ampliar los medios de elevación, las pistas de esquí y la infraestructura en general de la montaña. Sin embargo, reclaman al Estado provincial y municipal obras de infraestructura de servicios, para posibilitar ese desarrollo. 
A saber, en 2004, el gobierno le otorgó la concesión a CAPSA hasta el 2026. “Lo que piden son los diez años que le hubieran quedado, más otros cincuenta”, aclara Ramón Chiocconi, uno de los once concejales que integran el Consejo Municipal de Bariloche y uno de los tres que representan al FPV.

Un negocio para nada riesgoso
Se estima que, durante la temporada alta y media, pasan por 13 mil personas por día. 
Por otro lado, CAPSA alquila locales a medio centenar de negocios que incluye de todo: escuelas de esquí, alquiler de ropa, kioscos, etc. Otro dato significativo es la cantidad de plata que recauda el centro de esquí. Se calcula que el monto asciende a los mil millones de pesos. En materia de estacionamiento, la recaudación oscila entre unos 400 mil pesos diarios en invierno. 

VOTO SÍ, VOTO NO
Dada la excepcionalidad de la situación, se ha conformado una Comisión revisora, que está integrada por la asesora letrada Natacha Vázquez, el secretario de Desarrollo Urbano, Marcelo Ruival, el subsecretario de Medio Ambiente, Carlos Beros, y el ya citado Chiocconi, como parte de la oposición. 
De ser aprobada, la dinámica comprende la creación de un pliego, que establezca las condiciones requeridas, trabajo que conllevaría varios meses de trabajo. En un principio, el 20 de septiembre era el día tope para que dicha Comsión se exprese, si estaba o no a favor de la iniciativa privada, pero, dadas las circunstancias, el plazo se extendió. “A más tardar, en noviembre debemos tomar una decisión”, sostiene Chiocconi. “Desde el primer día sabíamos que era insuficiente el tiempo con el que contábamos, porque es algo que implica muchas particularidades”, agrega. Además, aclara: “Es un recurso estratégico de Bariloche como para tomárselo a la ligera”. 
No obstante, de las discusiones participaron representantes de distintas Cámaras, clubes, escuelas, instructores, la junta vecinal de Villa Catedral, comerciantes y expertos en la temática de los centros invernales.

Siga el baile
Algo que viene caracterizando todo este entuerto es la falta de precisión o de información, para ser más exactos. Y es que, días después de que se anunciara la prórroga para evaluar la propuesta realizada por CAPSA, el intendente Gennuso le aseguró a los medios locales que, en la puja por la licitación se habrían sumados dos contendientes más. 
“Sin nombre”, apuró el funcionario al ser consultado por la prensa, dejando que corran todo tipo de suspicacias y permitiendo que la oposición esboce todo tipo de críticas a su accionar. Por otra parte, Gennuso apuntó que la ciudad deberá apostar a lanzar la mejor licitación posible, con claras condiciones, según las necesidades y el beneficio actuales.   
Para Chiocconi: “El Intendente sale a decir que hay otros interesados porque las críticas, en mayor o menor medida, apuntan que él está jugando para Alta Patagonia”. También, apunta que conoce muy bien a todos los actores vinculados al Cerro y que no ha escuchado nada. “Me parece un simple intento por mantener la discusión”. 
En sintonía con el testimonio anterior, el concejal por el FPV, Daniel Natapof acusó: “Lo que busca Gennuso es diferenciarse, tomar distancia de su vínculo con la empresa y si no quiere sospechas, que diga cuáles son esas dos empresas interesadas”.
Siete entidades rechazaron la propuesta impulsada por el intendente. Ellas son: la Asociación Argentina de Agentes de Viajes y Turismo de Bariloche, la Asociación de Hoteles de Turismo, la Asociación de Transporte Automotor de Pasajeros, la Asociación de Turismo Estudiantil de Bariloche, la Asociación de Ejecutivas de Empresas Turísticas, la Asociación Empresarial del Área Catedral y la Asociación de Turismo Activo de la Patagonia. Todas nucleadas en la Cámara de Turismo local.


Conclusiones
Entre las discusiones, debates y demás yerbas, el intendente Gennuso buscó aplacar los ánimos, mostrándose complaciente ante la situación: “Es importante saber lo que no queremos, pero es fundamental e imprescindible saber qué queremos, y para eso hay que debatir, exponer, sostener ideas, recurrir a la sana experiencia, no temer a los desafíos”. También, aseguró que “ponerse de acuerdo no significa acordar en todos y cada uno de los aspectos que nos convocan, es un desafío más superador”. Y concluyó: “Ponerse de acuerdo es encontrar el equilibrio entre las partes, reconocer las debilidades y fortalezas y alcanzar el mejor resultado para nosotros, custodios de este paraíso, y de los que vendrán”.
A título personal, Chiocconi considera que los 60 años solicitados por CAPSA “es mucho tiempo”. Tiene que haber un equilibro, propone, entre las necesidades del Estado y las inversiones que pretende hacer una empresa privada, que como tal, además de recuper el gasto, pretende obtener ganancias. 
Sin embargo, retomando la cuestión de la inversión dijo: “50 millones de dólares no es mucho. Y más si en ese monto incluyen el emprendimiento inmobiliario, las mejoras previstas, etc. Una organización importante, como esta, exige gastos importantes".