Las provincias argentinas llegan a esta 21ª edición de la Feria Internacional de Turismo con ilusiones a flor de piel pensando en mejorar los resultados de un verano 2016 bastante atípico, producto de la incertidumbre del cambio de gobierno, la devaluación del dólar y el atractivo de lo favorable del cambio para viajar tanto a Chile como a Brasil. 
Entidades gremiales empresarias como FEHGRA anunciaban que a fines de enero la actividad del sector habría caído entre un 30 y un 40 por ciento, comparándola con el año pasado, mientras que para Febrero el movimiento se recompuso un poco por el feriado de Carnaval. 
Pese a ello las cifras fueron mejor de lo que auguraban muchos. Mar del Plata totalizó 3 millones de turistas, siendo febrero el mes de más actividad (cuando históricamente ha sido enero).
Otra provincia que pudo demostrar un buen desempeño fue Salta, ya que hacia el final de la temporada informaba que gracias a la campaña “Salta de Alegría”, destinada a los mercados regionales, y a los eventos que tuvieron lugar en enero y febrero, el impacto económico fue de unos 600 millones de pesos. 
En enero se destacó el movimiento turístico generado por el paso del Rally Dakar, uno de los eventos deportivos más importantes del mundo. Durante su estadía en la Provincia coincidió con una ocupación del 85% en la Ciudad de Salta y una importante presencia de turistas extranjeros, que significó el 30%.
Y no sólo en Salta fue positivo el paso del Rally Dakar, ya que el impacto de este evento fue, en el 2016, especialmente beneficioso para las provincias integrantes del Ente Norte. Efecto que no se sintió en las provincias patagónicas, pero que igualmente vieron mejorar la ocupación hotelera durante la segunda quincena de enero, volviendo a los guarismos del verano anterior.  
La nueva administración de Aerolíneas Argentinas provocaba un cimbronazo en el turismo interno al dejar sin efecto el contrato que tenía con Sol Líneas Aéreas, lo que motivó que esta empresa de Rosario que unía localidades troncales dejara de operar en pleno mes de enero. La aerolínea realizaba vuelos de temporada a Mar del Plata, Villa Gessell y Punta del Este, más la ruta petrolera hacia Comodoro Rivadavia, entre otros destinos. Esta situación en plena temporada alta también fue un factor preocupante, aunque no llegó a mayores. 
Ante ese dispar comienzo de año las provincias supieron compensar, con mayor o menor éxito, la caída de la actividad turística del verano con fuertes apuestas a los fines de semana largos, que desde el Carnaval en adelante, supieron ser el gran salvavidas de muchos destinos.    
Semana Santa y el feriado puente del 9 de Julio (donde Tucumán y las celebraciones por el Bicentenario de la Independencia se llevaron todas las palmas) fueron un suceso en cuanto a la recepción de turistas.
Las vacaciones de invierno comenzaron tibiamente, especialmente en los centros de Deportes Invernales, en donde la nieve se hizo esperar hasta la primera semana de julio, permitiendo abrir gradualmente los medios de elevación para el feriado del 9 de Julio.
El resultado fue positivo, si bien no brillante, ya que los grandes ausentes en esta oportunidad fueron los turistas del Brasil, por un lado porque todavía se encuentran sumidos en una grave crisis económica, la que viene de la mano de la Política (hace pocas semanas se le revocó el mandato a la presidente electa Dilma Roussef en un juicio político muy discutido) y por el otro porque Río de Janeiro se encontraba realizando los Juegos Olímpicos y Paralímpicos entre los meses de agosto y septiembre, lo que motivó que muchos brasileños asistieran a los Juegos como espectadores o participaran en la organización dejándolos sin posibilidad de salir del país como lo hacen tradicionalmente. 

Los stands
Ocupando el sitial de honor Cuyo recibe a los visitantes con un colorido espacio donde San Juan, Mendoza y San Luis se disputan con la gracia de sus promotoras, y los impactantes paisajes que muestran a través de gigantografías o pantallas led, la convocatoria de los asistentes. 
Disputándole el protagonismo justo enfrente se ubican las seis provincias del Norte Argentino con un despliegue de todas las actividades, servicios y destinos que año tras año han ido ganando las preferencias del turista nacional. Las provincia apelan una vez más a sus más impactantes íconos turísticos: el Tren a las Nubes, La Puna, las salinas jujeñas, los Seismiles catamarqueños, el parque jurásico de Talampaya en La Rioja, la ciudad spa de Termas de Río Hondo y su cargada agenda deportiva y la ciudad de Tucumán, que sigue brillando bajo las luces del Bicentenario, junto a sus productos como los vinos de altura, las empanadas y las artesanías.
Más allá el verde inunda el stand de las provincias del Litoral trayendo a Buenos Aires un poco del fresco contraste entre las aguas de los ríos Paraná, Uruguay, Bermejo e Iguazú con su naturaleza exuberante. Corrientes con su Parque Ecoturístico Iberá tiene un fuerte impacto entre quienes llegan para interesarse por su propuesta, Misiones se apoya en la realidad virtual para trasladarse desde cómodos sillones a las majestuosas Cataratas, los Saltos del Moconá y las Ruinas Jesuíticas sin gastar un solo peso.
Siguiendo el recorrido se llega a la Patagonia, con un amplio espacio dedicado a reflejar la enorme región que comprenden las provincias de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Neuquén, La Pampa, Río Negro y Chubut. 
Provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires se distribuyen en dos espacios contiguos para demostrar las buenas relaciones que se han recuperado tras el cambio de gobierno. Una metáfora que significa mucho más que los metros cuadrados y la decoración.
Córdoba llegó con todos los municipios turísticos, que llegaron para dar a conocer sus fiestas populares y su riqueza gastronómica. 
En definitiva, mucha imaginación, colorido, hermosas mujeres y el apoyo de las nuevas herramientas tecnológicas sirvieron para que el Sector Nacional se convierta, nuevamente, en una vidriera de las bondades turísticas del país.