Un nuevo conflicto para las agencias porteñas
El Cementerio de la Recoleta cobrará la entrada para turistas extranjeros y nacionales que vayan en grupos. Mario Ijelman, de la Aviabue, habló sobre la medida.
Desde el lunes 4 de abril, el Cementerio de la Recoleta comenzará a cobrar la entrada para turistas nacionales y extranjeros. Esta medida generó mucho malestar en los operadores turísticos, ya que las visitas a este lugar están incluidas en tours que ya comercializaron. De esta manera, tendrían que absorber el monto.
De acuerdo a lo anunciado por CABA, los turistas extranjeros que hagan el recorrido en grupos deberán abonar 1400 pesos, mientras que los visitantes nacionales que vayan tendrán que pagar 700 pesos.
Lo llamativo es que los argentinos que quieran asistir a este espacio de forma individual, los jubilados y los estudiantes de todos los niveles de escuelas del Gobierno Porteño seguirán sin tener que pagar entrada.
Es importante recordar que la medida ya estaba fijada en la ley 4977 de 2014, la cual estableció el Fondo de Garantía Turística de los Cementerios de CABA.
En este contexto, Mario Ijelman, presidente de la Asociación de Agencias de Viajes y Turismo de Buenos Aires (Aviabue), habló con Mensajero y dejó en clara su disconformidad con la medida: "Es un despropósito cobrar la entrada al Cementerio de la Recoleta, además de pedir DNI para verificar la residencia de pasajero".
Al analizar el presente que atraviesa el turismo argentino, el dirigente remarcó que "la gran competencia a nivel mundial gira en torno a los precios". "Si son buenos, podemos absorber más turistas, pero si son malos, es más difícil", sumó.
Por último, es importante remarcar que el dirigente desligó de todo tipo de responsabilidad al Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires. "No podemos andar cambiando las reglas de juego porque perdemos seriedad. Mínimamente, tenemos que respetar el año calendario. Quien haya decidido esto sinceramente no sabe nada de la actividad turística, tal vez sepa de cementerios solamente", subrayó.