La presidenta Cristina Fernández aseguró anoche que no habrá medidas sorpresivas en materia económica y que tampoco habrá cambios con el dólar y en el mercado de divisas.
"No va a haber shocks ni nada raro. Necesitamos también que los dirigentes comprendan la necesidad de revertir políticas absurdas que están llevando (en el mundo) a trastornos políticos que terminan mal. El sector financiero debe apoyar al sector productivo para restablecer la cordura", dijo.
La Presidenta habló ayer a la tarde en el Congreso Nacional al inaugurar la Sala de la Juventud "Néstor Kirchner". Fue en un día, como lo reconoció Cristina, en que hubo todo tipo de versiones y cruces de e mails en medio de una fuerte disparada del dólar paralelo y el dólar fuga.
Cristina no planteó qué medidas pensaba tomar para destrabar el cepo cambiario y la disparada del dólar en el mercado paralelo. Pero para despejar aún más las dudas que se acrecentaron en estos días, aseguró que "esta Argentina y esta Presidenta son absolutamente responsables y previsibles. No crean todo lo que les dicen. Les han mentido demasiadas veces y a los que están empeñados en que a la Argentina le vaya mal, que cesen".
Una versión aseguraba que se venía una pesificación de los ahorros en dólares depositados en los bancos como una medida complementaria del virtual cierre de la compra de divisas. Otra versión reflotaba escritos de la consultora que dirigía el actual viceministro de Economía, Axel Kicillof, de setiembre de 2011, donde se planteaba la necesidad de "profundizar el modelo" a través de fijar tres precios para el dólar.
Semejante medida -que en realidad es impulsada por algunos sectores industriales- implicaría una devaluación formal del peso pero diferenciada por sectores. El esquema parte de considerar que el valor del dólar no puede ser igual para el campo y la industria. Se propone fijar: un dólar bien caro para el turismo y las transacciones financieras (lo que encarecería el giro de utilidades). Un dólar alto para las exportaciones industriales abaratando los costos en dólares de la industria; un dólar menos alto para el comercio exterior de alimentos y para la importación de bienes de capital (maquinarias).