Es cierto que el esfuerzo vale la pena. La Escuela Nº 278 Nicolás Levalle es un ejemplo claro de ello, tras ganar por tercer año consecutivo el primer y gran premio del Concurso de Manchas del Cerro Catedral, y pasar 5 días aprendiendo y disfrutando de la nieve.
Son cinco días inolvidables para los chicos, donde no sólo aprenden a esquiar con un instructor que les enseña las técnicas del esquí sino también a manejarse en la montaña, a trabajar en equipo, a respetarse, a cuidarse mutuamente.
“Nosotros llegamos con la expectativa de aprender a esquiar pero nos enseñaron el cuidado por la naturaleza y el de uno mismo”, comentó uno de los chicos de la escuela 278.
A diferencia de años anteriores, en vez de hacer dibujos sobre el cerro Catedral, este año el concurso consistía en hacer maquetas de la montaña con material reciclable. El primer premio fue de cinco días de esquí para el total de los integrantes del grado, con traslado al cerro, almuerzo, pase de esquí, clases y equipos de esquí.
El segundo, del que fue acrededor la Escuela Nº 255, incluyó lo mismo, por tres días, y el tercer puesto, ganado por la Escuela Nº 298, un día completo de esquí. Además, vinieron 2 colegios (la Escuela Nº 312 de Dina Huapi y la Nº 44 de Puerto Moreno), cuyos alumnos subieron como peatones y pudieron conocer el cerro y las vistas espectaculares desde la parte más alta de la montaña.
En total, fueron 137 estudiantes de entre 11 y 15 años los que vinieron al cerro por el tradicional Concurso de Manchas. Para la gran mayoría, era la primera vez que se ponían las esquíes y se deslizaban por las laderas nevadas del Catedral.
Este concurso también se pudo llevar a cabo por la generosidad de la Escuela de Ski Catedral, que puso a disposición dos excelentes instructores con gran conocimiento de la montaña, Goldy Baratta y Marcelo Cayun, y también gracias a Pablo Dinaro, del restaurante Dinardía, ubicado en el sector de Plaza Oertle, quien brindó todos los almuerzos para que los chicos pudieran recargar energías y seguir disfrutando del día a pleno.
Experiencias como estas otorgan la posibilidad de que niños barilochenses conozcan el centro invernal y convertirlos en futuros representantes de la difunsión y el cui