Toda reglamentación tiene dos lecturas: una muy apegada a la letra y otra que permite interpretaciones más libres. De acuerdo a esto el turismo de los Estados Unidos a Cuba podría ver mucho más facilitada su llegada a la isla, aunque nadie espera que se conviertan en salidas masivas.
Es que las nuevas disposiciones del gobierno de Barack Obama levantan algo más las restricciones de viaje para los estadounidenses que no tienen familiares en Cuba y además se autorizarán a más aeropuertos en el país a operar vuelos fletados para la isla, que actualmente sólo pueden salir desde Nueva York, Los Ángeles y Miami.
Ya desde agosto muchos analistas de las relaciones entre las dos naciones esperaban alguna medida de este tipo, llevando al país a los niveles que había durante la administración del presidente Bill Clinton cuando se permitían contactos bajo la política de pueblo a pueblo, y que llevó a un aumento significativo en el número de viajeros a la isla. Los niveles de viajes a la isla establecidos durante la administración Clinton fueron luego restringidos en el 2003 por el presidente George W. Bush.
En definitiva las nuevas medidas facilitarán las visitas organizadas por escuelas, iglesias y grupos culturales a la isla, permitiéndoles organizar vuelos chárter como parte de un plan destinado a aumentar los contactos personales entre ambos países. Las agencias de viajes podrán organizar vuelos chárter con propósitos “culturales” que podrían -si la administración interpreta con flexibilidad sus propias reglas- incluir cualquier cosa, desde observación de pájaros hasta visitas a los templos de santería.

No son pocos
Aún con las anteriores restricciones, en diciembre pasado hubo unos 20 vuelos diarios de Miami a La Habana, cuando los cubano-americanos de Florida viajaron masivamente a visitar a sus parientes en la isla para las fiestas de fin de año.
Durante el 2001 entre 150.000 y 200.000 viajeros visitaron la isla, pero el número cayó dramáticamente durante el último año de Bush en la Casa Blanca, aunque regresó a niveles de más de 200.000 turistas al año en el 2009.

Los interesados
En cuanto a los aeropuertos que estarían autorizados a operar los vuelos chárter a Cuba no han sido especificados todavía, pero, según funcionarios de la administración Obama cualquier aeropuerto en Estados Unidos que reúna los requisitos para operar vuelos fletados, como planteles de inmigración y aduana, podrán solicitar autorización para dejar que aviones chárter puedan volar a Cuba.
Son varios los aeropuertos en el país que han expresado su interés en operar tales vuelos desde Cayo Hueso hasta Fort Lauderdale, pasando por Orlando, Tampa y San Juan de Puerto Rico.

¿Peligra el turismo a Caribe?
Muchos se han planteado en alguna oportunidad que si muchos americanos viajan a Cuba se verán afectados destinos tradicionales del Caribe.
Según Andrés Oppenheimer en su columna del Miami Herald un conocido economista que dirige la Fundación Economía y Desarrollo de República Dominicana, Andy Dauhajre, éste ha dicho: “No va a haber una explosión inmediata de turismo estadounidense a Cuba por estas medidas, pero eso eventualmente ocurrirá”.
Según las estimaciones de Dauhajre, basadas en un informe del 2008 del FMI, una apertura total del turismo estadounidense a Cuba podría generar un flujo de entre 1 millón y 3 millones de turistas anuales a la isla, que podría dar como resultado una pérdida anual de 700.000 estadounidenses a Cancún, 600.000 a Bahamas, 400.000 a Jamaica y 360.000 a República Dominicana.
El estudio del FMI del 2008, titulado ``Se acabaron las vacaciones: Implicaciones para el Caribe de una Apertura del turismo de Estados Unidos a Cuba’’, concluía que el levantamiento total de la prohibición a los viajes a la isla produciría ``un cambio sísmico’’ en la industria turística del Caribe.
Por otro lado Carlos Vogeler, director del departamento de las Américas de la Organización Mundial de Turismo, le comentó a Oppenheimer que el aumento del turismo de Estados Unidos a Cuba no significará un golpe para otros países de la región, sino que podría tener el efecto contrario. Podría generar una ola de entusiasmo por el Caribe que a su vez generaría más viajes a todos los destinos turísticos caribeños, se