Sudáfrica, el país más famoso del continente africano, estuvo en boca (y en los ojos) de todo el mundo durante 2010. La gran visibilidad que tuvo este año a partir de la Copa del Mundo fue una vidriera inmejorable para poder lucir a nivel internacional todos los atributos de sus destinos que se destacan por donde se los mire. Su diversidad hace de este país un espacio de inagotables imágenes y propuestas turísticas, cuyos paisajes van desde las típicas reservas naturales donde se realizan los safaris y las cadenas montañosas hasta las cataratas y  las playas de arena blanca sobre las aguas del océano Índico.
Actualmente existen dos alternativas para viajar desde la región hasta Sudáfrica a través de la línea aérea más grande de África: con un vuelo directo de Buenos Aires a Johannesburgo los días miércoles, viernes y domingos o vía San Pablo (Brasil), desde donde parten vuelos diarios. “Cuando decidimos recuperar la ruta Buenos Aires-Johannesburgo en abril de 2009 dijimos que nuestro regreso era para quedarnos. Hoy, a varios meses del Mundial y con tres frecuencias semanales podemos decir que nuestro objetivo es una realidad y que las perspectivas anuncian un mayor crecimiento”, señaló Fernando Joselevich, gerente general de South African Airways en la Argentina.
Las posibilidades para los turistas que vistan Sudáfrica son infinitas: safaris, caminatas y miradores, deportes de agua, turismo de aventura, camping, canotaje, escalada, campamento en las mismas reservas donde se realizan los safaris y estadías en carpas con todas las comodidades.
Entre todos sus destinos, se destaca Ciudad del Cabo, reconocida como una de las mejores ciudades turísticas del mundo y la más popular de Sudáfrica. La singularidad de su geografía permite que se conjuguen las vistas impresionantes desde las montañas y acantilados con las playas de arena sobre el mar. Para los amantes del relax, el mar y los deportes de agua, Puerto Elizabeth es el lugar ideal, ya que cuenta con 40 kilómetros de playas en su bahía y todas las comodidades para el turismo.
Johannesburgo, otra de las maravillas sudafricanas, es conocido como la “puerta de entrada” a su país y se ha convertido a lo largo de su historia en un punto turístico tradicional. Al ser la ciudad con más habitantes y recibir la gran mayoría de los vuelos internacionales, su oferta para el turismo se ha sofisticada, por lo que cuenta con diversos museos de historia, como el famosos Museo del Apartheid, y otros de arte, además de un gran parque de diversiones, el Gold Reef City, y el zoológico más grande del país.
De toda la diversidad natural y de vida salvaje que posee este país, hay dos alternativas que se destacan por sobre el resto para ser recorridas en los clásicos jeeps de los safaris: el Parque Nacional Kruger, famoso por ser la reserva natural más extensa y reconocida de toda África, y la reserva Lion Sands. El parque Krueger tiene una enorme variedad de flora y tiene el privilegio de contar con los cinco grandes dentro de su fauna (elefantes, leones, leopardos, búfalos y jirafas). Por su parte, la lujosa e increíble Lion Sands es una de las reserva de animales más visitadas de Sudáfrica. Dentro de sus 3.500 hectáreas, situadas en una de las regiones más primitivas, Lion Sands no sólo alberga una enorme diversidad de árboles y plantas exóticas, sino también grandes cantidades de animales durante todo el año, entre los cuales sobresalen los elefantes, leones, leopardos, búfalos, rinocerontes, cebras, chitas, hipopótamos