El gran país americano tiene 11 patrimonios culturales y 7 patrimonios naturales reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, Ciencia y Educación (UNESCO), ocupando el primer puesto en el ranking de patrimonios de América del Sur, seguido de Perú -con un total de 11 patrimonios- y Argentina, que cuenta con 8.

Patrimonios de la Humanidad
El título de Patrimonio Cultural de la Humanidad es concedido por la UNESCO a monumentos, edificios, trechos urbanos y hasta ambientes naturales de importancia paisajística que tengan valor histórico, estético, arqueológico, científico, etnológico o antropológico. De esta forma, los patrimonios culturales brasileños reconocidos hasta el momento son: Ciudad histórica de Ouro Preto (1980); Centro histórico de Olinda (1982); Misiones jesuíticas: Ruinas de Sao Miguel das Missoes (1984); Centro histórico de San Salvador de Bahía (1985); Santuario del Buen Jesús de Congonhas (1985); Brasilia (1987); Parque nacional de la Sierra de Capivara (1991); Centro histórico de Sao Luis (1997); Centro histórico de Diamantina (1999); Centro histórico de la ciudad de Goiás (2001) y Plaza de São Francisco en São Cristovão (2010).

Patrimonios Naturales
Por otro lado, desde 1986 Brasil cuenta con siete lugares considerados Patrimonios Naturales de la Humanidad. Cabe destacar que este reconocimiento toma en cuenta las formaciones físicas, biológicas y geológicas excepcionales; hábitat de especies animales y vegetales amenazadas y áreas que tengan valor científico, de conservación o estético. Estos son: Parque Nacional del Iguazú (1986); Costa del Descubrimiento: Reservas de bosque atlántico (1999); Bosque Atlántico: Reserva del sudeste (1999); Complejo de conservación de la Amazonia Central (2003); Zona de conservación del Pantanal (2000); Zonas protegidas del Cerrado: Parques nacionales de Chapada dos Veadeiros y las Emas (2001) e Islas atlánticas brasileñas: Reservas de Fernando de Noronha y Atolón de las Rocas (2001).
Para el Instituto Brasileño de Turismo (Embratur) es un orgullo que Brasil posea tal cantidad y variedad de patrimonios, tanto naturales como culturales, reconocidos por la UNESCO. Este hecho motiva a su vez el interés turístico nacional y extranjero por conocerlos y apreciarlos, sobre todo si se tiene en cuenta que los patrimonios culturales encierran una historia y una tradición dispuesta a mostrarse al mundo, mientras que los patrimonios naturales revelan una riqueza en flora y fauna única en su género.
Como no podía ser de otra manera, los brasileños siempre dicen tener“o mais grande, o mais lindo, o melhor do mundo”, y esta vez no es un slogan o una expresión de deseo. Los números los respaldan.