La visita del Papa Francisco a Brasil ha causado un gran entusiasmo entre los miles de fieles seguidores que tiene la religión católica en el país sudamericano.
De igual manera, los seguidores del Sumo Pontífice en otros países e inclusive, ciudades de Brasil, harán todo lo posible por ver de cerca al máximo representante de la iglesia católica, quien estará en la ciudad de Río de Janeiro desde el 22 hasta el 28 de julio para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), un evento que se espera que atraiga a cerca de tres millones de personas.
Se estima que Río de Janeiro reciba unos 500 mil turistas por vía aérea, según las cifras ofrecidas por el ministro de Aviación Civil, Wellington Moreira Franco.
Para el funcionario, esta cifra significa un “desafío logístico” para las autoridades, en particular para el Aeropuerto Internacional Tom Jobim que en estos momentos está en obras para la Copa del Mundo de 2014.
Moreira Franco destacó que está haciendo un gran esfuerzo para completar muchas de estas obras y para garantizar un buen servicio a los turistas que vienen a la JMJ.
El ministro se refirió específicamente a las reformas para aumentar el número de baños, escaleras mecánicas y mejorar la recopilación de la zona del equipaje.
Pese a estas declaraciones, también afirmó que estaba convencido de que no habrá inconvenientes en el Aeropuerto de Galeão, donde circulan 14 millones de pasajeros al año y 38.400 por día, según el portal Terra Brasil.
El ministro reconoció que aun con el esfuerzo “para que los grandes eventos fluyan”, como la visita del Papa y la Copa (en los que estiman recibir unos 600 mil turistas extranjeros), “El problema real” es garantizar un buen servicio en el aeropuerto porque “la vida cotidiana de los brasileños”  sufren de una infraestructura obsoleta.
Para resolver el problema, el ministro mencionó la modernización del sector aeroportuario, que anunció en diciembre de 2012 la Presidenta Dilma Rousseff, quien planea invertir US$7,300 millones en 270 de los 689 aeropuertos en todo el país.
Las medidas de modernización incluyen también el suministro al sector privado de algunos aeropuertos importantes del país, entre los que se incluyen a sí mismo y Galleon Confins, Aeropuerto de Belo Horizonte, que se subastarán entre empresas 
nacionales y extranjeras en septiembre.
“Debemos aumentar nuestra inversión y tenemos que confiar en el sector privado”, opinó. El ministro apuntó que “si el sector público no es capaz de ofrecer un buen servicio a los pasajeros, debe atraer a los mejores operadores de aeropuertos internacionales”, que es perseguido por el nuevo régimen de concesiones, lo que permite el “salto de calidad necesaria “en la aviación civil brasileña, concluyó.</d