La nueva política incluye ahora también otras formas de revisar a los niños pequeños sin necesidad de palparlos, una medida que solía derivar en que fueran tocados en sus partes íntimas. Los cambios se realizarán en los próximos meses, dijo Napolitano en una audiencia del Senado sobre la amenaza terrorista a EU. Napolitano precisó que habrá algunas excepciones.
Los terroristas han planificado en ocasiones utilizar a niños como dinamiteros suicidas, y será necesario todavía que algunos menores se despojen de los zapatos para preservar un carácter aleatorio en las medidas de seguridad. “Siempre habrá cierto carácter impredecible incorporado en el sistema y habrá verificaciones aleatorias incluso para grupos a los que tratamos de una forma distinta, como los niños”, dijo.
Muchos viajeros se han quejado de que la Agencia de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) no recurre al sentido común, al revisar de la misma forma a todas las personas, incluidos los niños pequeños y los ancianos.
Las críticas arreciaron en 2010, cuando el gobierno comenzó a realizar cacheos más estrictos, en los que se palpan incluso los genitales y los senos de las mujeres. A comienzos de este año, el jefe de la TSA, John Pistole, dio instrucciones a los encargados de la seguridad, a fin de que hicieran los esfuerzos posibles para revisar a los niños sin necesidad de palparlos.
En 2010, cuando asumió el cargo, Pistole había pedido un cacheo más estricto, pues pensó que éste daba a los encargados de la revisión la oportunidad de detectar a dinamiteros suicidas.
En vez de tocar a los niños pequeños, los encargados de la seguridad deberán hacer que pasen por detectores de metales o “escáneres” corporales varias veces, para obtener una imagen más clara. También podrán tomar muestras de sus manos con un hisopo, en busca de rastros de explosivos, de acuerdo con un funcionario de seguridad, quien solicitó permanecer anónimo por no tener autorización de hablar públicamente sobre las medidas.

Mujer pasa con cuchillo

Una mujer pasó un control de seguridad en el aeropuerto internacional John F. Kennedy de Nueva York con un cuchillo en el interior de una bolsa el pasado domingo, cuando se habían extremado las medidas de seguridad por el décimo aniversario de los atentados del 11-S, informó ayer The New York Post. Agentes de la TSA no detectaron el cuchillo en la bolsa de mano de una pasajera que iba a volar ese día a Corea del Sur y que al parecer desconocía que llevaba el objeto punzante, según fuentes policiales citadas por el diari