En medio de un clima de profunda desconfianza y de crisis general de la economia, el continente registra una retracción en el consumo, que también se manifiesta en los números del sector turístico.  El FMI es optimista sobre el futuro a largo plazo.

Franceses, alemanes y españoles están perdiendo la confianza en el curso del desarrollo de sus economías y de la salida de la profunda crisis económica que actualmente se vive en el Viejo Continente. Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos francés (INSEE), muestra que el nivel de confianza económica en el territorio francés bajó dos puntos durante el mes de julio, descendiendo de 48 a 46 y convirtiéndose así en el nivel más bajo desde 1987. Según lo expresado por la entidad, “en julio, la opinión de los hogares sobre el nivel de vida en Francia continúa degradándose, se trate de su evolución pasada o futura. Su opinión sobre la evolución de su situación financiera personal también se deteriora”. Esta visión influye en las perspectivas y el consumo efectivo, aunque por ahora este indicador se mantiene constante.  
En Alemania, las expectativas empresariales sufrieron también un deterioro, que se desprende de los datos suministrados por el Instituto Nacional de Investigación Económica (IFO), que indicaron el mayor deterioro desde los atentados del 11-S, y el nivel más bajo en tres años. Por el lado de los consumidores, la confianza también cayó a niveles similares a los registrados en 2003, en una tendencia que confirma el temor a la recesión y a la crisis en los mercados financieros.

España sin vacaciones
Los españoles encabezan este fenómeno, y una de las industrias en las que más ha repercutido es en el turismo. De acuerdo a la encuesta realizada por la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) indica que el 49 por ciento de los españoles reconoce que su economía familiar se ha deteriorado, y un 70 por ciento que la recesión continuará en aumento. Mientras tanto, el 90 por ciento de los consumidores ya modificaron o cancelaron su plan de vacaciones, y reconocen que la crisis afectará el empleo de sus días libres.   
Por su parte, el ministro de Industria, Turismo y Comercio español, Miguel Sebastián, pronosticó una inflación del 4 por ciento para este año, con la condición de que el precio del combustible no registre mayores alzas. Por otro lado, el FMI se mostró más optimista al respecto, augurando un desarrollo del 1,8 por ciento y del 1,2 por ciento para el próximo año. Según la institución, el difícil panorama crediticio y la baja del consumo pueden prolongarse, debido a que no se ha determinado la fecha final de este período recesivo, ya que la morosidad continúa, sobre todo en EE UU.


Baja en las reservas