Cansado de los ataques verbales de los funcionarios y promociones negativas del Gobierno estadounidense sobre la violencia en la frontera, México decidió rebatir está situación; para limpiar su imagen y agudizar el crecimiento de turistas yanquis en tierras aztecas, lanzó una campaña publicitaria en Estados Unidos para eliminar su imagen de “país peligroso”.
El spot tiene como única premisa posicionar nuevamente a México como un destino corriente en el mercado de los norteamericanos, dado que la actividad turística supone el 9 por ciento de la producción económica de México, articula más de nueve millones de empleos directos e indirectos y es la tercera mayor fuente de divisas extranjeras.
La acción publicitaria es una respuesta directa a los “consejos” que los dirigentes del país del águila le atizaron desde sus Departamentos de Estado a sus ciudadanos; “no viajen a ninguna de las diez ciudades del norte y centro de México durante las vacaciones de primavera o Semana Santa, si quieren permanecer vivos”, fueron las recomendaciones de algunos sectores del Gobierno de EE.UU. en torno a la violencia y preocupaciones de seguridad referidas a las revueltas causadas por las disputas causadas por el narcotráfico en suelo mexicano.
Por su parte, el director General del Consejo de Promoción Turística de México, Rodolfo López Negrete explicó: “las imprecisas alertadas son irresponsables y estaban dañando al turismo; igual pudimos aumentar el volumen de turistas con precios más bajos porque el turista extranjero valora los precios accesibles, la atención y la belleza de los destinos”.
No obstante, y pese que la lucha contra el narcotráfico continúa, cabe destacar que los focos vacacionales como Cancún, Huatulco, Ixtapa, Puerto Vallarta y Los Cabos, están muy alejados de los centros de conflicto armamentista.
En torno a la tendencia histórica que indica que la demanda estadounidense prefiere optar por México como destino vacacional por sobre otros destinos, como La Florida, California o Hawaii, el país caribeño está dispuesto a seguir gastando millones de dólares en publicidad en Estados Unidos, para fomentar y mostrar su cultura, sus atractivos gastronómicos y su paraíso natural, y así convencer a los norteamericanos de que no