La puntualidad alemana esta vez falló. Durante varios días, y por casi tres semanas, la unión sindical GdF (Gewerkschaft der Flugsicherung) convocó a un paro a sus afiliados en el mayor aeropuerto de Europa continental, el de Frankfurt, provocando en cada jornada cancelaciones y demoras, fundamentalmente en los servicios nacionales de la aerolínea Lufthansa.
Todo comenzó el 16 de febrero cuando el Gdf realizó una huelga de advertencia, entre las 15 y las 22 horas, y luego el viernes 17, entre las 8 de la mañana y las 10 de la noche. Sólo ese viernes, Lufthansa canceló 250 vuelos. Posteriormente, convocaron la huelga en el Aeropuerto de Frankfurt por 48 horas, el 21 y 22.
Como consecuencia, Lufthansa vio caer sus acciones (- 2,4%), y Fraport (- 1,5%).
En la última semana de febrero el GdF decidió incrementar la presión sobre Fraport, la sociedad gestora del aeropuerto de Frankfurt, para que acepte analizar la exigencia del sindicato que incluyen apreciables subidas salariales y mejoras laborales, para los 200 controladores responsables de guiar los aviones en sus desplazamientos por plataforma.
Los trastornos que provocaron en uno de los aeropuertos con mayor movimiento en toda Europa no fueron un buen prólogo para las conversaciones tras romper nuevamente las negociaciones con el gestor aeroportuario, por lo que se habían planteado volver al paro desde las 20 horas del domingo 26 hasta el jueves 1 de marzo, pero ahora con el acompañamiento de los controladores aéreos, lo que provocaría una escalada de retrasos y cancelaciones de vuelos.
El caos no fue total ya que las autoridades de Fraport se anticiparon a la huelga y encaró previo a ello una  formación rápida de parte del personal para dirigir los movimientos en tierra por las pistas y terminales de Frankfurt, logrando que más del 80% de los aviones previstos aterrizaran o despegaran con normalidad en la capital financiera de Alemania.
No contentos con ello e sindicato GdF anunciaba que de no llegar a un acuerdo a la brevedad se reservaban la opción de movilizar a todos sus afiliados, tanto controladores aéreos como de tierra, en el resto de los aeropuertos de Alemania y a convocar huelgas con una antelación de tan sólo 24 horas.
“Encontramos esta huelga incomprensible”, afirmaba a los medios de prensa alemanes el representante de la junta ejecutiva de Fraport para las relaciones laborales, Herbert Mai. “El sindicato está siendo totalmente intransigente e irresponsable en sus demandas de aumentos salariales de dos dígitos, y otros ajustes para las horas de trabajo y beneficios especiales”, añadió.

Medida ejemplificadora

El Tribunal Laboral de Frankfurt anunció la noche del 28 de febrero, en el último minuto, la prohibición judicial por considerar que se trataba de “una medida desproporcionada” el que los controladores aéreos de la torre de control se sumen de manera solidaria a la huelga de los controladores de tierra del aeropuerto, ya que de esa manera se habría bloqueado toda la actividad del aeródromo, respondiendo así a las demandas contra esos paros presentadas por Fraport, la empresa gestora del aeropuerto; la compañía aérea Lufthansa y la Agencia Federal de Seguridad Aérea.
No obstante, la huelga de los controladores de tierra amenazaba con la suspensión de 230 vuelos (de 1300 programados) para el jueves 1 de marzo. Sin embargo con la ley no se juega y a 24 horas de haber recibido la orden del juez, el aeropuerto ha vuelto a la “casi” normalidad después de cientos de cancelaciones y habiendo afectado a miles de pasajeros, ya que ese día jueves hubo escasas 25 cancelaciones.
El Sindicato Alemán de Seguridad Aérea (GdF) ya ha anunciado que recurrirá la sentencia y que tratará de llegar a un acuerdo con Fraport para un nuevo convenio colectivo para los huelguistas, que reclaman subidas salariales superiores al 50%.
Este sindicato es minoritario en los aeropuertos alemanes y no cuenta con el apoyo de ver-di (el Sindicato Unificado de los Servicios) que cuenta con 2 millones de afiliados y un aparato bastante considerable.

En grande
El aeropuerto de Frankfort es el mayor aeropuerto de carga del mundo y de los más transitados de Europa junto con el Charles de Gaulle de París y el Heatrhow de Londres. También ofrece el mayor número de conexiones de vuelos de aerolíneas (tanto nacional como internacional) y alrededor de 53 millones de pasajeros lo transitaron en 2010. Debido a la importancia y crecimiento, se encuentra en continua expansión edilicia.
El aeropuerto internacional de Frankfurt está situado aproximadamente a 12 km (8 millas) al suroeste de la ciudad.
El aeropuerto ofrece además varios bancos, casas de cambio de divisas, cajeros automáticos ATM, oficina de correo, sectores Vip, telefonía pública, servicios de telefonía móvil e Internet Wi-Fi. A su vez, cuenta con un centro de conferencias con 28 salas todas equipadas con audiovisuales y demás equipamiento en la terminal 1, así como salas de reuniones en Terminal 2.
Dispone también de varias tiendas (más de 130) y boutiques, desde free shops hasta artículos de souvenirs, flores, relojería, artículos electrónicos, zapatos, artículos de cuero, tienda de ropa y accesorios y el mall, Marktplatz, localizado en el nivel 2 de la terminal 2.