Todo es preocupación. Los temblores no cesan bajo el manto terrestre y en la superficie las consecuencias económicas comienzan a hacer estragos dentro y fuera de las fronteras de la golpeada isla de Japón.
Con sólo imaginar que durante el 2010 la llegada de visitantes extranjeros a Japón batió todos los récords con 9.44 millones de turistas, el que esos números caigan en picada como está sucediendo en estos momentos, serán muchos los hoteles, prestadores de servicio, transportes y hasta negocios minoristas los que verán reducidos sus ingresos significativamente. Hasta el momento todos los viajes desde Hong Kong han sido cancelados hasta mediados del próximo mes, dijo el Consejo de la Industria de Viajes de Hong Kong. “Japón por lo general representa un 20 a 30 por ciento de los turistas que salen de Hong Kong”, declaraba Joseph Tung, director ejecutivo del organismo. “La gente está preocupada. Hasta que la situación se aclare, no creo que la gente tenga interés en viajar a Japón”, confióTung.
Las agencias de viajes surcoreanas también han dicho que muchos paquetes de reservas turísticas a Japón han sido cancelados.
Un gran perjudicado ha sido el parque temático Disnleylandia en Tokio, un popular centro turístico que fue cerrado desde el terremoto.
Afectado por el envejecimiento de la población y por las presiones deflacionarias, Japón se ha enfocado en los turistas para impulsar el débil consumo interno de la economía, particularmente a los visitantes del resto de Asia, sus mercados naturales por cercanía.

Las aerolíneas en la mira

A menos de dos semanas del terremoto en Sendai, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) confirma que se ha producido “una importante desaceleración” del tráfico aéreo a nivel mundial. Así, reconoce que el país asiático “es un importante eslabón en el transporte de pasajeros”.
Japón mueve al año 83 millones de viajeros sólo en su mercado interno, lo que se traduce en unos ingresos para las aerolíneas de 13.571 millones de euros. Este mercado representa el 6,5 por ciento del tráfico regular en todo el mundo, con un 10 por ciento de la facturación y un volumen de negocio de 44.642 millones de euros.
Los pronósticos de comienzos de año decían que el turismo y los viajes contribuirían en cerca de 7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que equivaldría a 409,400 millones de dólares, de acuerdo con la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), un pronóstico que probablemente será rebajado tras el terremoto.
Por otro lado, IATA advierte de que el suministro de combustible sólo está garantizado para los próximos 10 días. La asociación asegura que algunas de las instalaciones clave de suministro de petróleo del país están “dañadas”, por lo que las aerolíneas están coordinando sus acciones para maximizar el carburante existente y su suministro utilizando caminos cisterna para alimentar a los aviones. Japón produce el 3,4 por ciento del suministro total de combustible para aviones, porcentaje del que parte importante exporta al resto de Asia. Eso podría afectar a aerolíneas como All Nippon Airways.
La aerolínea norteamericana Delta Airlines estima que el sismo en Japón podría costarle entre 250 y 400 millones de dólares, esto lo decía en en una presentación que realizó a principios de la semana pasada ante la autoridad bursátil de Estados Unidos (SEC).
Además, Delta prevé reducir su capacidad en el archipiélago nipón hasta mayo, para reflejar “una probable reducción de la demanda a corto plazo”, indicó la compañía en su presentación en la conferencia de Aviación, Transporte y Defensa del banco JPMorgan. Delta, la segunda aerolínea estadounidense más importante, suspendió sus vuelos al Aeropuerto Internacional de Tokio Haneda.

Sin precedentes
El devastador terremoto tendrá consecuencias aún difíciles de cuantificar pero seguramente serán de un tenor sin precedentes en la región del Pacífico, principalmente, pero en el resto del mundo también.
Países como China, Taiwan y Corea del Sur están expuestos a la caída brusca del trafico entre Japón y sus territorios ya que al menos una quinta parte de sus ingresos vienen de los negocios con el país vecino.
Lo mismo le sucede a los habitantes de las islas de Hawaii también están lamentándose de este terrible temblor ya que los japoneses son el tercer grupo de visitantes en arribar a las islas para disfrutar de sus playas y bellezas naturales después de los americanos del este y del oeste.

El lujo pierde clientes
Otra arista del temblor viene de la mano de las grandes marcas de lujo que verán menos clientes japoneses luciendo sus logos en carteras, relojes y ropas.
Burberry, que obtiene de Japón el 7 por ciento de sus ventas, vio caer el precio de sus acciones un 6 por ciento; para Hermes, el panorama es el mismo. El 19% de su facturación proviene de Japón, mientras que para el conglomerado LVMH, el 9%. Gucci e Yves Saint Laurent, el porcentaje de compradores nipones es del 12 por ciento.