La conmemoración contó con diversas atracciones y tuvo la alegría reforzada por la conquista brasileña del primer lugar.
Brasil superó las expectativas de la Comisión Deportiva Militar de Brasil de ver el país entre los tres primeros en el cuadro de medallas. El liderazgo fue garantizado por los atletas de verde y amarillo, que superaron a China con ocho medallas de oro más. En el total, fueron 45 oros, 33 platas y 36 bronces para Brasil, contra los 37 oros, 28 platas y 34 bronces para China.
Las luces del estadio se borraron para dar inicio a la celebración con un espectáculo de la “Esquadrilha da Fumaça” que, con dos cazas de la Fuerza Aérea Brasileña, entre vuelos rasantes y loopings, encantó los espectadores. La coronación fue acunada por la interpretación del himno brasileño por un sexteto de piano y el restante de la ceremonia contó con las presentaciones de las bandas de la marina, ejército, aeronáutica, Policía Militar y de los Bomberos.
Las delegaciones entraron en el estadio mezcladas, en un ambiente relajado, en el cual medallistas y participantes conmemoraban el fin de los Juegos de la Paz. Atletas uruguayos ejecutaron coreografías típicas, mientras Indonesia, mismo sin medallas, homenajeó el pueblo brasileño con una franja inmensa que decía en portugués: “Agradecemos al público brasileño por la amistad. Vosotros estaréis siempre en nuestros corazones”. La platea retribuyó el gesto con aplausos, pero la euforia de los espectadores se quedó reservada para la entrada de los militares brasileños, vencedores de la competición.
El clima contagioso de alegría fue roto solamente por el homenaje del Ministro de la Defensa Brasileño, Antônio Carlos Jobim, que, en discurso, pidió un minuto de silencio por las víctimas de la masacre en Noruega.
Finalmente, la llama de los Juegos de la Paz fue pasada al representante de Corea del Sur, sede de las próximas competiciones en 2015, y grupos locales de música y artes marciales mostraron un poco de la cultura sur-coreana en presentaciones dignas de una lluvia de aplausos. Enseguida, la pira de la 5ª edición de los juegos fue borrada y el estadio, en fiesta, conmemoró el fin de la ceremonia al son de Jorge Bien Jor.