La transportista alemana FlixBus  promete viajes baratos, Wi-Fi gratuito, servicio de entretenimiento y, de forma cómica, “espacio para estirar las piernas”.
El concepto no es nuevo. El mercado del bus barato creció en los últimos años, cultivándose cual virus gracias a la voracidad con la que operan las aerolíneas “low cost” del viejo continente. Que, para muchos, son competencia directa de este tipo de transporte terrestre. “No podemos ofrecer la velocidad de un avión, pero nuestros servicios están a un nivel muy cercano”, aseguraron desde FlixBus. 
La transportista busca que viajar en autobús sea “nuevamente sexy”, ofreciendo la posibilidad de reservas flexibles, una aplicación para teléfono móvil y la chance de compensar el CO2 emitido durante el viaje.
FlixBus nació en 2011 en Munich, y fue lanzada al mercado dos años después. Desde entonces, ha recibido la inyección de conocimiento de la automovilística Daimler y el músculo financiero de los fondos Holtzbrinck Ventures y General Atlantic. En la actualidad, la operadora está presente en 15 países, y crece con rapidez en el mercado italiano y francés, tras su experiencia en Alemania. La firma acaba de presentar la web en español, previo paso al lanzamiento de rutas desde España.