Actualmente, Brasil tiene el ecoturismo como marco de su crecimiento mundial. Según la Organización Mundial de Turismo, las tasas anuales se quedan entre el 15% y el 25% de aumento y son mayores que el crecimiento del turismo convencional. El objetivo es turismo responsable, es decir, el turismo productivo desde el punto de vista económico, social y ambiental.
 
Según el Ministerio de Turismo de Brasil, el país brasileño está orientado a la estructuración y el aprovechamiento consciente de los recursos naturales. Brasil apuesta a esta nueva forma de valorar la tierra y, entre sus destinos sustentables, se puede destacar el Amazonas, la Isla Marajó, el Pantanal y el Refugio Ecológico Caiman.  
 
Amazonas es el mayor estado brasileño y uno de los lugares más famosos en todo el mundo por estar ubicado en medio de la mayor selva tropical del planeta, la selva amazónica. Posee aproximadamente 1.5 millón de km², ocupando más del 18% del territorio nacional. Asimismo, es el Estado más preservado del país, con áreas protegidas, parques y reservas forestales que ocupan aproximadamente el 98% de su área forestal.
 
El turismo de naturaleza es el principal atractivo de itinerarios del Amazonas, ya que ofrece al turista la posibilidad de conocer, aprender y valorizar la importancia de la flora tropical y los habitantes que en ella viven, que son los principales responsables por su conservación. Asimismo, los viajeros pueden visitar la Sierra de Capibara, en Pará, una región proclamada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como patrimonio de la humanidad.
 
También la Isla de Marajó, ubicada en el Estado de Pará, resulta atractiva para los turistas que buscan destinos sustentables. Con parte de su territorio en el mar y parte en el Río Amazonas, Marajó es la mayor isla fluviomarina del mundo, un lugar de geografía rica y de variada biodiversidad. Los ecoturistas pueden realizar caminatas por la mata preservada y disfrutar de la fauna del lugar, como por ejemplo, los búfalos -símbolos del destino- que son criados sueltos por la isla.
 
Otra de las regiones brasileños considerada por la UNESCO como Patrimonio Natural de la Humanidad es el Pantanal, un paraíso ecológico en el corazón de Brasil que se extiende por los estados del Mato Grosso do Sul y Mato Grosso, en un área total de 230 mil kilómetros cuadrados. Su importancia ecológica es inmensa al albergar uno de los más ricos ecosistemas encontrados hasta hoy, con florestas estacionarias periódicamente inundadas. En la época de inundación, la pesca deportiva es el segmento turístico que más crece en el Pantanal.
 
Dentro Pantanal, se encuentra el Refugio Ecológico Caiman que se extiende en un área de 53 mil hectáreas, situado en el estado de Mato Grosso do Sul. El Refugio Ecológico Caiman opera un importante programa de Conservación de la Naturaleza que consiste en mantener una Reserva Privada de Patrimonio Natural (RPPN) en un área de 5.600 hectáreas, y la gestión de varios proyectos como el Caiman Reciclaje, que promueve la recolección y separación de residuos en toda la propiedad.
 
La proximidad de Cuiabá al Pantanal, considerado un santuario ecológico por su biodiversidad natural, fue uno de los factores determinantes para elegir a la ciudad brasileña como sede del Mundial de 2014, ya que uno de los compromisos asumidos por los organizadores del mega evento fue realizar una Copa del Mundo que cause el menor impacto ambiental posible, desarrollando varias acciones sostenibles. El Estadio Arena Pantanal es uno de los ocho estadios de fútbol en Brasil que registró sus proyectos y busca obtener la certificación LEED -Leadership in Energy and Environmental Design- que verifica y atestigua la calidad ambiental de un em