Una ciudad teñida de rojo
La fiesta que tiñe de rojo este municipio valenciano atrae a un público de lo más variado y ha colocado a Buñol en las principales agendas de ocio y turismo internacionales. Año tras año, Buñol ha conseguido atraer a un mayor número de personas, y tanto ha llegado a ser el éxito de la Tomatina que el municipio se vió obligado a limitar el aforo. Ahora, sólo 22.000 personas pueden disfrutar de la fiesta, entre ellos los 9.000 buñolenses.
La Tomatina, esta guerra a tomatazos que se realiza hace 69 años en la ciudad de Buñol, Valencia, nació fruto de la casualidad cuando el ultimo miércoles de agosto se celebraba en Buñol un desfile de gigantes y cabezudos. La caída de uno de los participantes le llevó a arremeter contra todos, inclusive con lo que encontró en un puesto de verduras. Su respuesta contagió a otros vecinos que, de repente, se lanzaron tomates. Lo que comenzó como una pelea fruto de una rabieta se fue repitiendo año tras año. Hasta que, en los años 50, se prohibió. Ello no impidió que siguiera celebrándose.
Después de su prohibición el pueblo protestó y volvió a instalarse ya como fiesta oficial de Buñol, y ahora, ya es de Interés Turístico Internacional.
En esta edición unas 150 toneladas de tomates se arrojaron a lo largo de las calles de la pequeña localidad española.
Para evitar desmanes y destrozos el ayuntamiento impuso cupos limitados a la asistencia: 22 mil entradas disponibles que fueron absolutamente agotadas, y de las cuales 5 mil fueron destinadas gratuitamente a buñolenses, que anhelaban participar de su clásica fiesta, y así lo hicieron. En el año 2012 llegaron a ser 50 mil los integrantes de esta celebración tan particular. Con esta menor afición, después de los tomatazos los vecinos quedaron muy satisfechos con los resultados, dado que la catástrofe no tuvo la magnitud de épocas pasadas.
En esta ocasión, la entrada costó 10 euros.
Fiesta de Interés Internacional
Se trata de un distintivo que se concede en España, a través de la Secretaría General de Turismo, (perteneciente al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio del Gobierno de España) a las fiestas que ofrecen una relevancia específica desde el punto de vista turístico y supongan una valoración de la cultura y de las tradiciones populares. La obtención de esta distinción honorífica es una de las más preciadas por los eventos españoles, y la ostenta actualmente la Tomatina.
En la actualidad, la Comunidad Valenciana cuenta con un total de 12 fiestas de Interés Turístico Internacional, 18 de Interés Turístico Nacional, 27 de Interés Turístico Autonómico, 48 de Interés Turístico Provincial y 39 de Interés Turístico Local.
Los extranjeros
El municipio valenciano acoge a miles de extranjeros llegados desde los lugares más recónditos del mundo. Los australianos fueron en esta edición los más numerosos (representando al 12,4 por ciento), seguidos de los británicos (11,7) y los japoneses (10,17), que trajeron a la clásica batalla roja disfraces pintorescos y variados.
Por detrás están Estados Unidos (7,64), España (6,50), India (5,70), Holanda (4,85), Alemania (3,67), Canadá (3,47), Corea del Sur (2,50), y Nueva Zelanda, Portugal, Bélgica, Irlanda, Brasil, Francia, e Italia con menos del 2 por ciento.
Paquetes y entradas
Como cada gran evento, a su alrededor se desarrolla la industria turística con todas sus herramientas, entre las que destacan los tours. La Tomatina contó con paquetes que incluían alojamientos, trayectos a otras ciudades, acampes, e incluso entradas a otras fiestas o eventos.
En vivo, aunque lejos
En 2014, y por primera vez en su historia, la fiesta fue transmitida en directo por Internet vía streaming a través de la web oficial Latomatina.info, a cargo del Ayuntamiento de Buñol.
Los espectadores pudieron vivir vía web cada tomatazo y anécdota en un programa de dos horas de duración.
Un reportero dio una perspectiva envolvente de lo que ocurrió al pie de calle, entre la multitud de gente, encima de los camiones lanzando tomates, e incluso desde la tarima donde se lanza el agua. El objetivo fue que el espectador se convirtiera en protagonista a través de la pantalla de su dispositivo desde cualquier parte del mundo.<