En la Provincia de Buenos Aires, en el partido de Adolfo Alsina, se encuentra Villa Epecuén, un pueblo que durante décadas fue centro de actividad turística por sus termas. Entre 1920 y 1970, con alrededor de 1500 habitantes, recibía 25 mil visitantes por temporada.

Sin embargo, el 10 de noviembre de 1985, una enorme inundación se llevó por delante a toda la localidad y, si bien no dejó muertos, quebró su estructura. Así, hasta hace unos años, Epecuén se quedó con un único habitante, que falleció en las últimas horas, convirtiendo a un punto de concentración veraniega en un pueblo fantasma.

De todas formas, la ciudad mantuvo una particularidad que hasta el día de hoy la distingue: el Lago Epecuén. Posee un alto nivel de salinidad, casi en los mismos niveles que el Mar Muerto. De esta manera, los turistas no solo flotan en él, sino que también pueden adquirir facultades curitativas y propiedades medicinales.

Por ese motivo, en 2017, 1941 personas se metieron en el Lago Epecuén para demostrar las capacidades de flote que otorga, lo que le permitió a la localidad recibir un Récord Guiness por las dosis de salinidad de sus aguas.

Inundación en Villa Epecuén.

Actualmente, el pueblo se recompuso de la inundación que sufrió 39 años atrás y logró atraer turistas nuevamente. Cada temporada, recibe visitantes que llegan para aprovechar sus termas, sacar fotografías a sus paisajes y conocer su increíble historia. 

CUÁNTO TIEMPO ESTUVO EPECUÉN BAJO EL AGUA

Tras la inundación, el agua se mantuvo en alza por dos años más y, por este motivo, sus habitantes que se habían trasladado a Carhué para refugiarse, se vieron obligados a instalarse. A su vez, el lago creció durante una década, hasta que comenzó a bajar.

QUÉ BENEFICIOS TIENE EL LAGO EPECUÉN

Dentro de sus propiedades medicinales, el agua de la ciudad ofrece capacidades para combatir la depresión, sanar heridas en la piel, enfrentar afecciones reumáticas y reducir el agotamiento psicofísico.