¿Cómo fue el inicio de Argentur?
Fue hace ya 22 años. Antes me había dedicado 15 años al rubro de la alimentación trabajando con mi padre que tuvo una cadena de supermercados. Después que me casé los negocios de mi papá comenzaron a ir mal y, como tenía muchos contactos a nivel gastronómico, me contrató la cadena Unión, de Zona Sur, como encargado de compras y aprendí muchísimo, durante cinco años.
Después que esa empresa cerrara, estoy hablando de los 90s, me encontré buscando un modo de vida y como en ese entonces estaba el boom de las Traffic compré mi primer vehículo, haciendo de chofer y de supervisor y allí empecé en el rubro del transporte.
Comencé a crecer rápidamente y pasé a las Iveco de 19 asientos, y empezamos a hacer el servicio de puerta a puerta en la Costa Atlántica. Siempre con mi mujer en la recepción y la administración y yo manejando los vehículos.
Nos fue tan bien que llegamos a los 70 viajes por temporada.
Entre los primeros recorridos, teníamos un itinerario que hacía Mar del Plata-Miramar, otro que hacía Costa Chica, desde Las Toninas hasta Mar de Ajó, y otro que iba de Pinamar a Cariló y Villa Gessell.

¿Qué tenían de diferentes a las demás?

Nos diferenciábamos porque, si bien era un servicio puerta a puerta, no queríamos andar paseando a los pasajeros, por eso teníamos sólo tres circuitos.
Nuestra base era (y es) en Avellaneda, y buscábamos desde allí a los clientes en sus casas (nada más que cuatro o cinco domicilios por vehículo), con salidas todos los días. Si bien fue una tarea dura teníamos el ímpetu de crecer, de lograr cosas, de tener la casa propia, y poco a poco comenzamos a apasionarnos por el transporte.
Esa etapa duró unos cuatro o cinco años, y después fuimos sumando otros servicios como el transporte de personal de empresas, pero todo lo hice a pulmón, llevando mi carpeta a cada departamento de Recursos Humanos de la zona sur de Gran Buenos Aires, y claro que muchos ni siquiera me atendían porque no me conocía nadie. Hasta que un laboratorio que se mudaba a Lomas de Zamora confió en mi propuesta y es el día de hoy (20 años más tarde) que sigue siendo nuestro cliente.  
Nos tocó luego vivir un boom turístico, con los transfers de pasajeros.

¿De qué años estás hablando?

Del 97, 98. Ahí ya teníamos 3 minibuses.
Un pilar importante de ese crecimiento fue el trabajo en equipo con mi señora, que fue la que impulsó nuestra conexión con el área de congresos y exposiciones, y tan es así que todas las exposiciones que se hacen en Costa Salguero las transportamos nosotros. Ella fue la que nos asoció a AOCA, lo que nos conectó con muchas empresas, socios y bureaux, y eso nos acercó a su vez a la FIT, adonde fuimos las dos últimas ediciones.
Eso pasó en los últimos 2 o tres años, pero desde el año 1998 hasta el 2010, yo visité permanentemente a las empresas. Fue muy difícil abrir las puertas, aunque una vez que lo conseguís muchos te dicen “qué lástima que no nos conocimos antes”, pero lo que hicimos en los últimos 2 años fue con el mismo pensamiento e ímpetu de hace 20 años.
Crecimos por etapas, subiendo escalón por escalón. En este tiempo pasamos de los primeros vehículos de 15 asientos, a los de 19, luego a los minibuses de 24, a micros de 46 y los buses doble piso de 58 asientos, por eso ahora cubrimos todas las necesidades de cada cliente.

A lo largo de estos años transitaron por distintas épocas del turismo, ¿cuáles fueron las que más te marcaron?
Nosotros crecimos permanentemente, porque la competencia está en uno mismo, no en ver lo que hacen los demás. Si bien la inflación nos afecta, los gobiernos pasan y cambian, los que no cambiamos somos nosotros. Siempre salimos a buscar al cliente, a darle un servicio cada vez mejor para que sientan que Argentur es exclusivamente de ellos.
Más allá de los vaivenes del turismo de placer y turismo de negocios, entre los dos segmentos conseguimos encontrar el equilibrio para tener trabajo todo el año.
Además cerramos nuestro círculo llevando conjuntos folklóricos entre octubre y marzo durante diez años. Carabajal, Parodi, Víctor Heredia, Luciano Pereyra, fueron parte de nuestros clientes que llegaban por el boca a boca, recomendados por ellos mismos.
Porque además de contar con buenos buses nosotros nos enorgullecemos de tener una muy  buena base operativa y administrativa que sabe tratar al cliente telefónicamente y resolver sus necesidades.
Para eso hicimos cursos de capacitación de los choferes, porque también ellos son una parte fundamental de la empresa. No sirve de nada tener buenos vendedores, una administración clara, una operativa excelente, sin un conductor que esté a la altura. El chofer tiene que ser una persona de excelencia, y tratar de interpretar lo que nosotros necesitamos. Fundamentalmente, lo que nos hizo crecer fue el trabajo en equipo. Y eso se va reflejando con los años.

¿Cómo afecta a una empresa de transportes la carga que implican las exigencias de los sindicatos como el de Moyano?
Hay que aprender a convivir con ellos, y tratar de hacer alianzas, inclusive, hacer mucha docencia. Creo que, hoy día, si se trabaja en equipo, el sindicato no se mete en el negocio de uno. Se mete en el negocio de dónde están afiliados nuestros empleados.
Nuestros empleados pertenecen todos a Comercio, pero hay muchos que están jubilados con UTA, y si algún día viene UTA y nos dice que tenemos que tenerlos con ellos, lo haremos. Hay que tratar siempre de pregonar la buena relación.

Entonces el sindicato ¿no es un obstáculo para crecer?

No. Una de nuestras virtudes es que tenemos en mente que el sindicato es un componente más del negocio. No tiene que ser algo negativo, y uno también va aprendiendo a convivir con ellos.
Nosotros somos una empresa que todo nos costó el doble, pero es lo que nos tocó vivir, y para crecer permanentemente sembramos ideas. Uno busca crear relaciones a largo plazo. Cada cliente es singular, tienen sus necesidades, busca tener ganancias, y trabajar en equipo hace que lo más importante en esta etapa de inflación no sea el precio. Tenemos que tratar de ser competitivos en ambas partes.
Nosotros no podemos decir: “como aumentó el gasoil” modifico la tarifa que te había pasado para el primer semestre del año”, ¿porqué? porque tenemos que tratar de ser previsibles, ¿qué le puede pasar a Argentur? Y…, ganará menos.
Prefiero tener previsibilidad con las tarifas y conservar a los clientes, eso nos hizo crecer mucho el año pasado. Nosotros no podemos cambiar las tarifas, respetamos mucho al cliente, tanto al que nos llama una vez por año, como al que nos pasa 20 servicios por día, eso los hace crecer a ellos por previsibilidad de precios, y a nosotros a tener más continuidad, que es lo que necesita una empresa para crecer.
El secreto de Argentur está en estas pequeñas cosas. Nuestros pilares han sido el trabajo, una buena sintonía para transmitirle al cliente que se sienta cómodo con el servicio, tarifas claras, tratar de darle algo más allá del precio. Nuestro servicio de City Tour o el de Tigre salen siempre con café. Y muchos viajes al interior en los que no me piden catering, de pronto se encuentran con que el vehículo sale con el desayuno.
Yo quiero que nos respeten y que entiendan que nuestra filosofía está volcada al servicio del cliente, y entendemos que cada tarifario debe ser ajustado a cada mercado, ya que no es lo mismo la temporada alta o baja para una agencia de Australia que para una de Inglaterra y nos ajustamos a eso.

¿Es sentido común?
Claro, usamos el sentido común, y no el tarifario. Sabemos que vivimos en una época económica inflacionaria, pero no pensamos en eso sino en tener continuidad con los clientes.
Esos son los pilares más importantes que hacen al crecimiento.

En esta época donde muchos se quejan de la baja del receptivo, ¿cómo lo viven Uds.?
Con respecto al turismo receptivo, es verdad que hay una baja de llegadas, pero nosotros estamos trabajando muy bien, como en las mejores épocas. No sé cuál es el secreto.
Nosotros hemos incorporado en un año 14 vehículos Mercedes Benz a la empresa, y ya teníamos 10 vehículos. Es decir, creo que el granito de arena lo tenemos que poner entre todos, y ojo que no tuvimos subsidios de ningún tipo, siempre pagamos el gasoil anticipado.
El secreto está en saber comprar el gasoil con los pagos al contado del pasajero de larga distancia, ya que es nuestro insumo más importante, y manejar los pagos de las empresas a 25 o 30 días para las inversiones.

Con eso podés congelar tarifas…

Claro. Yo creo que hay que saber entender a los clientes con los que mantenemos conversaciones permanentes para adaptarnos a sus tiempos del negocio y sus necesidades. No podemos cambiar el precio a cada rato, porque se pierde más dejando ir a un cliente que apegarse a la inflación. Un cliente cuesta años conseguirlo, pero perderlo se hace en muy poco tiempo.
La gente tiene que seguir viajando, y si no es con Argentur será con otro.
Creo que es importante hacer docencia, empezar a pensar distinto, y no buscar hacer el negocio en el momento. Los argentinos nos hemos acostumbrado a que cambiaron las cosas, antes tener una casa era una cuestión de escalón por escalón, ahora un chico de 25 o 30 años ya quiere tener la casa a los 3 años, y va a hacer todo para conseguir todo ya, el 0 km ya, el country ya.

¿Existe mucha competencia ilegal?
Sí. La hay, la vemos. No somos quienes para decir cuál es la solución, pero habría que buscarle la vuelta a las cosas, y tratar de ser positivos.
No nos quitan el sueño, porque seguimos trabajando para ser confiables siempre y adelantarnos a cualquier contingencia. Para eso tenemos alianzas con empresas de transporte de larga distancia, y con una base operativa de 24 horas siempre podemos dar soluciones rápidas frente a algún problema, que hasta ahora no hemos tenido.
También contamos con el auxilio de empresas de remises o taxis para enviar vehículos y auxiliar a los damnificados en el menor tiempo posible, por si llegara a quedarse algún vehículo.
Contamos con mecánicos en todo el país, a los que podemos contactar con Nextel en cualquier momento, ya que ese servicio se los abonamos nosotros, y aunque mucho no los usamos están siempre a nuestra disposición. Esos son los diferenciales que hacen que el cliente se sienta seguro y respaldado.

¿Volverías a hacer todo de la misma manera?
A veces cuando me pongo a pensar en las cosas que hicimos, no lo puedo creer, es decir, me cuesta reconocer la lucha que enfrentamos con mi señora desde nuestros inicios. Creo que es una historia que quizás vaya más allá de un reportaje, ¡creo que habría que escribir un par de tomos!
Mi sueño siempre fue conseguir que las empresas pudieran interpretar mi pensamiento. Nos costó muchísimo que que nos den la oportunidad de trabajar juntos. Inclusive hubo algunas agencias que nos volvieron a llamar después de muchos años, diciéndonos que estaban muy agradecidos con el servicio que recibieron, y que se equivocaron al cambiar.
Nuestra premisa es que ante el llamado de un cliente éste conozca bien a la empresa, inclusive les mostramos los vehículos, porque tienen que saber en qué van a viajar, y, algún día, la oportunidad llega.
Lo que podemos mostrar hoy en la calle es posible gracias a los clientes que nos han dado la posibilidad de conocernos y que nos elijan.