“Es imprescindible un Ministerio de Turismo”
Hernán Lombardi recibió a Mensajero y respondió a todo. La consolidación del BAFICI, la reapertura del Teatro Colón, la relación con el Gobierno Nacional, el Bicentenario, la necesidad de subordinar la estrategia aerocomercial a las necesidades del Turismo, su obsesión por la calidad, el problema de la inseguridad y la importancia del bus turístico son algunos de los temas que abordó el funcionario porteño.
Tomarle una foto es más difícil que entrevistarlo. Hernán Lombardi va de un lado a otro de su despacho mientras reflexiona en voz alta sobre las problemáticas del Turismo en la Ciudad y el país. Charly García en una foto y Divididos en el recuerdo más reciente de un funcionario que finalmente se sienta y dialoga con Mensajero
¿Cómo se desarrolló el BAFICI?
Es un gran orgullo de la Ciudad. El BAFICI se transformó en 12 años en una amable rutina de los otoños porteños. Hoy resultaría difícil pensar el otoño de Buenos Aires sin el BAFICI. A mí en lo personal me pasa una cosa… algo magnífico, raro, apasionante si querés, porque contribuí a su creación e integré el equipo del BAFICI cuando empezó en el ´98. Entonces veo que ayudé a crear algunos bebés y hoy estoy atendiéndolos más maduros. Eso me pasa con el BAFICI, con el FIBA que es de la misma época, con el Bus turístico -siempre recuerdo que la licitación la hicimos en el ´99 y se implementó el año pasado. Insisto: es difícil pensar hoy Buenos Aires sin el BAFICI porque ya van casi 300 mil personas.
Otro objetivo que se cumple es el del BAFICI como herramienta turística. Tenemos un departamento de turismo cultural que se ocupa de facilitar que estos productos culturales le lleguen al turista. Eso para nosotros es un eje de trabajo permanente. Toda la oferta cultural de la Ciudad está pensada y diseñada -obviamente- para los vecinos de la Ciudad, pero también para ser utilizada por los turistas. Ese es un equilibrio interesante que siempre mantenemos y respetamos, es parte central de la estrategia turística que nosotros diseñamos en estos dos años y creo que, a su vez, de la recuperación increíble que tuvo Buenos Aires después de la Gripe A. Fuimos la ciudad que se recuperó más rápidamente en toda Hispanoamérica. La velocidad con que se recuperó Buenos Aires se debe -en buena parte- a esta estrategia de una oferta cultural vigorosa y muy vinculada a la calidad de la visita y a la estrategia de promoción.
¿De qué manera beneficia a la Ciudad el feriado del 24 y 25 de mayo y de qué manera perjudica esto al Teatro Colón?
Nosotros quisimos que no hubiera superposiciones. Pensábamos la reapertura del Colón para el 25 de mayo pero la celebración del Bicentenario tiene en sí misma un valor simbólico tan trascendente que nos pareció que -por las dificultades que podían surgir para coordinar horarios con otro festejo- era sensato hacerlo el 24 de mayo para no superponerlo con otras celebraciones y tener una buena coordinación; creo que es lo que el 25 de mayo se merece. No es un lugar para disputas, de ver cuándo termina un acto y empieza el otro. Siempre debiera haber buenos mecanismos de coordinación. Nosotros, para facilitar la fluidez en la coordinación, decidimos correr la apertura del Colón al 24 de mayo.
¿Qué opinión te merece que el 24 de mayo también sea feriado y se sume al 25?
Siempre defiendo la idea del corrimiento de feriados. Me parece que tiene que ver con las mejores prácticas mundiales, con la idea de que la sociedad celebre sus días festivos o conmemoraciones. Los argumentos en contra, que dicen que los feriados no se deben mover, a mí me parece que subestiman la capacidad de reflexión de una sociedad. Por el contrario, hacer feriados móviles tiene que ver con la importancia decisiva del Turismo y, a su vez, con los procesos productivos. Es una idea que se repite en los países modernos. Si bien en la Ciudad se produce un gran éxodo también recibimos una enorme cantidad de turistas; que en esta ocasión van a disfrutar del Colón y los festejos del Bicentenario. El caso más claro es Semana Santa. ¿Cuántos porteños viajaron al interior? Cientos de miles. ¿Cuántos visitantes tuvimos en la Ciudad? Más de 250 mil. Esto es parte del dinamismo y la vitalidad de la economía turística.
¿Cómo es trabajar en la Ciudad de Buenos Aires que está políticamente enfrentada al Gobierno Nacional?
Tenemos una buena coordinación. La Argentina decidió en su Constitución Nacional que este es un país federal; y la reforma del ´94 establece la existencia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A mí me parece que hace a la madurez de todos los argentinos tener un gobierno nacional, gobiernos provinciales, el gobierno de la Ciudad y la responsabilidad de todos de articular estrategias más allá de cualquier signo político. Esa es la responsabilidad de todos. En lo particular, tenemos una fluida relación con el organismo de Turismo de la Nación con quienes compartimos muchos proyectos y tenemos -además- relaciones personales sólidas y la madurez de poder expresar en dónde coincidimos y en dónde pensamos distinto. Sí hay una diferencia muy central, en términos conceptuales, con lo que es el desafío aerocomercial. Creemos que la Argentina necesita un plan de transporte aerocomercial vinculado al Turismo. También apoyamos la idea de un Ministerio de Turismo a nivel nacional, me parece que es imprescindible porque se toman decisiones en los gabinetes, y si en el momento adecuado no está presente la voz del Turismo después hay que ir a deshacer decisiones que ya se tomaron. Si hubiese estado sentado un Ministro de Turismo al momento de la discusión estoy seguro, por ejemplo, que no se hubiese puesto la tasa de reciprocidad. Entonces apoyo vehementemente la creación de un Ministerio de Turismo y hago un agregado: creo que la Subsecretaría de Transporte Aerocomercial tiene que depender del Ministerio de Turismo. En un país con la dimensión de la Argentina, que a su vez está a diez horas promedio de los principales centros emisores, y si creemos que la estrategia turística es una de las herramientas fundamentales del desarrollo de la Nación, tiene que estar vinculada a la estrategia aerocomercial. Soy más contundente: la estrategia aerocomercial debiera estar subordinada a los intereses del Turismo. Esto no quiere decir que no haya otros usuarios del transporte aerocomercial, claro que hay otros. Pero, ¿cuál es el usuario principal? ¿Cuál debe ser el eje de la decisión? El Turismo.
¿Cómo ve la regionalización de Aeroparque?
Siempre creo que hace falta un plan. Desde nuestro punto de vista, el plan de transporte aerocomercial se tiene que regir por tres ejes de pensamiento: la conectividad de la red (cómo se conectan los diversos puntos entre sí y con el exterior), la permeabilidad (que se ingrese al país por diversos puntos) y la capilaridad (que llegue a todas partes). Desde ese punto de vista me parece que es razonable que tengamos vuelos regionales desde Aeroparque. Me parece un interesante cambio que nosotros apoyamos. Este es un ejemplo de que si las cosas nos parecen bien no nos importa el color político de quien las adopte. Nos parece bien que Aeroparque tenga vuelos regionales porque mejora la conectividad, la permeabilidad y la capilaridad.
¿Cree que Aeroparque está preparado para esto?
Sí. Aeroparque todavía tiene menos vuelos que en el ´99. Habrá que hacer algunos ajustes pero si yo quiero atraer turistas de la región es evidentemente mucho más competitivo entrar por Aeroparque. A su vez, lo que más creció en el mundo son los city breaks -turismo urbano de corta duración-, entonces a un turista que viene, por ejemplo, de San Pablo, no le da lo mismo entrar por Ezeiza que por Aeroparque. Esto mejora notoriamente la competitividad del destino.
Asimismo, con el mismo criterio, pensamos que dos agregados son necesarios: Ezeiza también debería comportarse como un hub y debería tener sus propios vuelos al interior. Además es importante que esta buena idea se abra también a otras empresas porque iguala la oportunidad de todos. Lo que yo quiero son cielos competitivos con mucha inversión.
¿Cómo están de presupuesto?
Estamos bien, consideramos que la modificación estructural del Ente ha permitido mucha mayor eficiencia en la utilización del presupuesto. También se posibilitó la cooperación con el sector privado en términos de acciones, así surgieron acuerdos con Destino Argentina, Buenos Aires Convention & Visitors Bureau, Aviabue, AHRCC y con las empresas directamente. Esto potencia el presupuesto.
Con respecto a la sustentabilidad del proyecto público en turismo, hicimos una revolución con la incorporación del bus turístico. Como pasa en Barcelona y en muchas ciudades del mundo, la creación del bus turístico, manejado por privados que le pagan un canon a la Ciudad, genera ingresos al Ente directamente vinculados con la prestación del servicio. Eso garantiza la sustentabilidad a largo plazo que nunca tuvimos.
¿Qué le queda por hacer?
Todos los funcionarios públicos de Turismo tendemos a mirar porcentajes de aumento de la actividad, y eso está bien. Pero lo que queda por hacer es transformar con mucho más vigor a Buenos Aires en un ciudad turística.
Si miramos para atrás, lo que se hizo en los últimos diez años es fantástico, tanto en los números como en aspectos cualitativos como la profesionalización. El Turismo pasó a ser una actividad ineludible de la Ciudad. Sin embargo, la meta es que Buenos Aires pueda estar tan desarrollada como cualquier capital mundial. Lo que queda por hacer es infinito: tenemos que llevar la hotelería a más barrios, trabajar más sobre la calidad, poner énfasis en la seguridad, tener un sistema aerocomercial de verdad.
¿Qué nos falta a nivel país?
Creo que hay muchas cosas, pero podría nombrar dos fundamentales: falta el énfasis en la obsesión por la calidad del producto; y la vinculación del sistema de transporte, no sólo el aerocomercial. Argentina tiene una muy buena red de ómnibus, un poco por mérito y un poco porque destruimos nuestros trenes. Los sistemas tienen que estar vinculados entre sí, y las autoridades tenemos que ver el escenario grande.
La cuestión de la seguridad