Las aerolíneas europeas están compitiendo por incorporar el sistema Wi-Fi a sus aviones, en un intento de atraer a pasajeros que demanden Internet en el mercado de los vuelos de corta distancia y, potencialmente, lograr millones en beneficios a través del entretenimiento, los servicios y la publicidad.

Los pasajeros de las compañías estadounidenses ya tienen la posibilidad de conectarse en un 66% de los trayecto aéreos frente a una media mundial del 24%, según datos de Routehappy, una web que califica a las compañías aéreas en función de la comodidad y el entretenimiento que ofrecen.

En Europa, la adopción de servicios tierra-aire como los que existen en EE UU es más complicada debido al número de países del continente, mientras que la tecnología de conexión por satélite es demasiado cara para vuelos cortos. Pero, según dicen los analistas de la industria, con más satélites desplegados se reducirían los costes y las aerolíneas podrían aumentar sus posibilidades de ganar dinero, sin que el precio fuera ya un obstáculo insalvable.

Lufthansa, Air France-KLM, Ryanair y Vueling son algunas de las compañías que están buscando incorporar el WiFi a bordo en trayectos cortos, seguidas por la aerolínea de bajo coste Norwegian, que lo ofrece gratis en 74 de sus 76 Boeing 737.

"No hay otro lugar en el mundo donde tengas una audiencia tan atrapada, donde sabes todo acerca de la gente que va en el avión y qué tipo de publicidad debes ofrecerles", dice Robin Cole, vicepresidente de desarrollo global de negocio en Global Eagle Entertainment, que proporciona WiFi por satélite a las aerolíneas Norwegian y Southwest.

Global Eagle va a empezar a probar un sistema de pago en dos aviones de Air France este verano, en colaboración con la empresa de telefonía móvil Orange, y cree que las oportunidades de venta al por menor y publicidad a bordo podrían aumentar los ingresos de la industria en cientos de miles de millones de dólares al año.