Mientras se hacían ayer los primeros allanamientos (ver aparte), la ministra de Seguridad, Nilda Garré, anticipaba cambios en el sistema de control en los aeropuertos. Garré aseguró que se realizarán "cambios en los protocolos" aeroportuarios para "mejorar" y "acentuar" la prevención de delitos en la salida de los vuelos.
La funcionaria aseguró que el ministerio a su cargo "está revisando los protocolos que están vigentes" y, en ese sentido, dijo: "Seguramente vamos a hacer cambios en los protocolos a nivel aeroportuario". "Es probable que mañana [por hoy] tengamos un nuevo protocolo para mejorar la seguridad en los aeropuertos y acentuar más la inteligencia criminal previa para detectar los delitos en la salida de algunos vuelos", anunció Garré, durante una recorrida por La Matanza, donde observó el desarrollo del Operativo Centinela, del que participa la Gendarmería.
El avión de Medical Jet partió desde el aeropuerto internacional de Ezeiza el 1° del actual. Fuentes de la seguridad aeroportuaria afirmaron en los últimos días que ese vuelo fue caratulado como de código rojo, por informar una ruta sospechosa de tráfico de drogas. Además, se habría tenido en cuenta el antecedente de los pilotos: los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, con procesos por presuntas estafas en vuelos para el PAMI y menciones en causas relacionadas con el narcotráfico.
A ellos se sumó como copiloto Gastón Miret. Los tres fueron arrestados al aterrizar en el aeropuerto El Prat. Por los protocolos de requisa actuales, los informantes aseguran que el avión salió "limpio" desde Ezeiza.
El caso alcanzó mayores complicaciones al conocerse que ese avión, recientemente adquirido, había estado estacionado en la base aérea militar de Morón desde diciembre pasado, desde la cual despegó en al menos tres oportunidades. Fuentes del ambiente aeronáutico confirmaron que los hangares de uso habitual de Medical Jet están ubicados en San Fernando y en el aeroparque metropolitano.