El vuelo duró dos horas y se hizo con un sistema rediseñado de baterías. Desde mediados de enero pasado, cuando se prohibieron las operaciones del nuevo modelo, Boeing está perdiendo semanalmente cerca de 50 M $ (unos 39 M €).
Hacia mediados de este mes, Boeing recibió autorización de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos para ejecutar su plan de certificación para probar un nuevo diseño de batería para el B787 Dreamliner que incluía los vuelos de prueba.
En esa ocasión, el secretario (ministro) estadounidense de Transporte, Ray LaHood, afirmó que "no vamos a permitir que el avión retorne a servicio a menos que estemos convencidos de que el nuevo diseño garantiza la seguridad de la aeronave y sus pasajeros".

El nuevo modelo, con el que Boeing pensaba volver a liderar el mercado de la construcción aeronáutica, está paralizado desde el pasado 16 de enero, cuando los reguladores prohibieron la operación de los 50 aparatos en servicio y suspendieron a Boeing las entregas de más aviones de este modelo hasta que no se concluyera la  investigación iniciada tras cinco incidentes en una semana y se conocieran las causas del calentamiento de sus baterías y los incendios provocados.
Este lunes, el fabricante de flota estadounidense operó el vuelo de prueba con una aeronave construida para la aerolínea polaca LO+T que tenía para la entrega. El aparato recorrió durante dos horas las costas de los estados de Washington y Oregón. Durante la semana, la compañía hará un seguimiento a un vuelo de certificación formal para demostrar a las autoridades estadounidenses el buen funcionamiento de las b