Boeing podría haber encontrado la forma de solucionar los problemas registrados por las baterías de litio del 787 Dreamliner. Lo hará mediante el aumento del espacio entre las células, según ha señalado una fuente cercana a la compañía. Al parecer, esta modificación podría solucionar los problemas de sobrecalentamiento de las baterías que provocaron que los 50 Dreamliner que actualmente están en servicio se quedaran en tierra hace ya un mes.
Según estas fuentes, la solución pasaría por la instalación de placas de cerámica entre las celdas y por agregar una salida a la caja de la batería.
Por su parte, un portavoz del fabricante en Seattle señaló que se están haciendo “buenos progresos”, en respuesta a la posibilidad de que se puedan recuperar las operaciones en abril.

¿Una mala conexión?
En el caso del avión de ANA que tuvo un desperfecto parece haber pruebas de que la batería de litio estaba mal conectada, según señaló el pasado miércoles el ministro de Transporte japonés. Un informe del organismo de seguridad aérea ha revelado que la batería se recalentó por una mala conexión, lo que significaría que el problema no fue de diseño del producto, sino de mantenimiento. Aún así, el mismo organismo señaló que seguirán investigando todavía para saber el motivo de la avería.

Voz autorizada
Mike Sinnett, el principal ingeniero del programa del Boeing 787, dijo que la compañía seguía confiando en la seguridad del avión que cuenta con un sistema eléctrico diferente al de las otras aeronaves.
El Ingeniero de Boeing dio una videoconferencia para explicar qué novedades incorpora este avión y este es un resumen de lo que dijo. “Si  bien todos los aviones necesitan energía eléctrica para los controles de aviación, aire acondicionado, aviónica, entretenimiento a bordo, y todos cuentan con baterías, éstas sólo proveen poca potencia eléctrica por lo cual la misma se debe generar mientras el avión se encuentra en vuelo para distribuir a los otros sistemas de la aeronave.
Hay muchos sistemas de reserva y redundancias en cada avión en cuanto al sistema eléctrico se refiere, inclusive estando en tierra los aviones se proveen de energía de carros especiales.
Los aviones generan esa energía que necesitan de muchas maneras, y desde los antiguos 707 que lo hacían a través de los motores, a la generación hidráulica de las bombas instaladas en los motores e inclusive al sistema de alta presión de aire que toma el aire comprimido que emiten las turbinas para luego aprovecharlo en diferentes tareas dentro del avión, lo que en este caso produce mayor consumo de combustible y lo hace una fuente de poder más cara. Por eso para las tareas que antes se hacían a presión hidráulica en el 787 se hacen eléctricamente y de allí que este avión tenga una arquitectura eléctrica totalmente diferente, ahorrando combustible y costos. Esto significa que la protección contra el hielo en las alas, que el aire acondicionado y la presurización de la cabina son manejadas eléctricamente no ya por la energía hidráulica. Además al eliminar la producción de energía hidráulica se eliminan costos de mantenimiento del sistema, peso extra de los conductos que llevan al aire a alta presión, reducción del ruido, etc.
En el 787 hay seis generadoras de electricidad, versus las tres de los aviones tradicionales.
Y tal como aclara Sinnet “la filosofía de la empresa es muy simple: ninguna falla única puede causar un accidente”.
En cuanto a las baterías en sí mismas, éstas proveen energía, pero también la almacenan. Se utilizan cuando los motores no están funcionando y cuando el avión aterrizó y no está provisto de la energía del aeropuerto. Una batería funciona principalmente debido a reacciones químicas de sus componentes internos que fuerzan a los electrones a moverse entre un y otro electrodo. Cuando el circuito se completa esos electrones se liberan al circuito eléctrico y el trabajo que realizan está de acuerdo al voltaje de la misma batería.
En el B787 hay dos grandes baterías, una de ellas, la principal, está localizada en la bahía delantera principal, la otra se encuentra en la bahía trasera.
En general se tiene la impresión de que estas baterías hacen más de lo que en realidad hacen. Incluso me han preguntado si ellas son las que ponen en marcha los motores, y la respuesta es no, ninguna batería hace eso. Se utilizan para que algunos de los elementos de la aviónica del avión entren en calor antes de poner en marcha los motores. En realidad sólo funcionan unos pocos minutos antes de que se conecten los proveedores externos de energía en tierra. En caso de que estando en vuelo se perdieran todas las fuentes de poder eléctrico las baterías funcionarían hasta que las turbinas desplieguen  todo su poder. Es factible aterrizar con seguridad aún en caso de que la batería principal