Aprovechando la casi falta de control en los aeropuertos, los traficantes de cocaína producida en América del Sur se sirven de algunos países de África occidental como base para redistribuir la droga destinada al mercado europeo.
El proyecto Aircop, instalado inmediatamente por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), con una duración de tres años, buscará hacer trabajar juntos varios cuerpos de seguridad de los países concernidos. Se trata de "una respuesta operacional y concertada" al tráfico de droga que busca "conectar los servicios en el seno de los Estados y entre Estados" en los aeropuertos internacionales de ocho países, declaró el representante regional de la UNODC, Alexandre Schmidt, durante la ceremonia de lanzamiento.
 El proyecto concierne Senegal, Costa de Marfil, Nigeria, Cabo Verde, Ghana, Mali, Togo y Brasil, pero Guinea y Marruecos fueron invitados a unirse al proyecto. Concretamente, Aircop "permitirá reunir a nivel nacional todas las agencias encargadas de la lucha contra el tráfico y el crimen organizado (policía, aduanas, gendarmería, servicios de inteligencia) en una misma unidad mixta, que deberá colaborar a nivel regional y transregional con sus pares", declaró el jefe de la delegación de la Unión Europea (UE) en Dakar, Gilles Hervio.
Grupos de trabajo compuestos de menos de 20 personas serán instalados las 24 horas del día en los aeropuertos, según Hervio. En nombre de UNODOC, Schmidt explicó que "África occidental se ha convertido en un objetivo porque los traficantes de droga han visto un incremento de la represión en Estados Unidos". Esta región tiene "una capacidad reducida" en lo que concierne los medios de lucha contra el tráfico de drogas, a causa sobre todo de "la falta de cohesión y de intercambio de informaciones entre servicios y entre Estados", añadió.
Entre 200 y 300 toneladas de cocaína llegan cada año a Europa por vía aérea "y una parte de ese tráfico proviene de África occidental", según el secretario general del ministerio senegalés del Interior, Cheiju Cissé. El objetivo es "establecer una comunicación segura entre aeropuertos del oeste de África y de América Latina.
Es una respuesta vigorosa contra el tráfico de drogas", añadió. De las 822 incautaciones de droga realizadas en Europa en 2009, 122 (13%) provinieron de vuelos procedentes de África occidental, precisó Schmidt.
Los traficantes recurren frecuentemente a “mulas” (viajeros) que se tragan la droga o la transportan en sus equipajes, muchas veces con resultados fatales. En agosto, un nigeriano que se había tragado 30 bolsitas de cocaína murió en el hospital de Lagos al romperse una en sus intestinos.
El proyecto Aircop es impulsado por la UNODC, así como por la Organización Mundial de Aduanas (OMD), la Interpol, la Unión Europea y Canadá. De un costo de 3,2 millones de dólares, es esencialmente financiado por la UE. Canadá contribuyó con 400.000 dólares. Después de los aeropuertos, el control podría luego ampliarse a los puertos. "El proyecto Seacop está en proceso de elaboración y debe arrancar el año próximo", anunci&oa