El nuevo aeropuerto, que se construirá entre 2011 y 2015, facilitará la exploración de yacimientos de petróleo en la zona y contribuirá a las operaciones de rescate de personas perdidas en el enorme desierto, de 270.000 kilómetros cuadrados.
La construcción del aeropuerto formará parte del Plan Quinquenal 2011-2015, que debe ser aprobado el mes que viene por el Legislativo chino y marcará las principales inversiones y líneas económicas del Gobierno en el lustro.
Otros tres aeropuertos serán construidos en ese periodo en la región de Xinjiang, habitada por pueblos de religión musulmana como los uigures y que en 2009 fue escenario de violentos enfrentamientos étnicos entre la citada etnia y los inmigrantes de la mayoría china han. Los uigures viven principalmente en zonas que bordean a Taklimakán, que según algunas teorías significa "Desierto de Muerte" o "Lugar de No Retorno".