Adiós a la fusión entre US Airways y AA
El movimiento inesperado del Gobierno estadounidense para bloquear la fusión entre American Airlines y US Airways es un cambio de rumbo positivo para el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Durante la última década, la administración federal autorizó sin cuestionamientos combinaciones similares en detrimento del público viajero. El tono inusualmente duro del reporte del Gobierno sobre el asunto sugiere que hay poca o ninguna posibilidad de que esta última megafusión sea permitida.
American Airlines y US Airways dicen que van a luchar en este tema, pero sería en su mejor interés desarrollar planes independientes.
Este cambio tardó en llegar a los consumidores que han visto ascender las tarifas y colapsar los servicios como resultado de las diversas asociaciones de líneas aéreas. La administración sostuvo con razón que esta última fusión habría continuado esta tendencia a través de la colusión tácita con otras aerolíneas en lo que respecta a las rutas, tarifas y precios.
La industria aérea es vital para la economía de Estados Unidos y ya está subsidiada, tanto directa como indirectamente, por la gubernatura federal. Una mayor consolidación habría hecho más difícil convencer a las compañías aéreas de mantener el servicio a ciudades secundarias y pequeños pueblos que normalmente no tendrían acceso a ciertas rutas o a ningún viaje aéreo en absoluto.
Las acciones de US Airways cayeron por esta noticia. Tomó varias horas para que las aerolíneas contrarrestaran los duros argumentos en contra, lo que sugiere que ellas también fueron tomadas por sorpresa.
Esto es extraño dado que es poco probable que las empresas hubieran siquiera propuesto la fusión sin al menos un guiño aprobatorio de los funcionarios que les dan luz verde. Por alguna razón desconocida, no obstante, ha habido un cambio de actitud por parte del Departamento de Justicia hacia las megafusiones.
El informe, que fue publicado en conjunto con siete documentos de fiscales generales estatales, entre ellos los de Texas y Arizona, donde American Airlines y US Airways tienen su sede, respectivamente, estaban llenos de citas del presidente ejecutivo de US Airways, Doug Parker, y de directivos de otras aerolíneas señalando que la consolidación de las empresas ha sido esencialmente positiva para las utilidades de la industria, pero que ha sido algo malo para el público viajero.
El documento se enfocó en el impacto que la fusión podría tener en el aeropuerto nacional Ronald Reagan de Washington y señaló que la compañía combinada controlaría el 69% de las franjas horarias de despegue y aterrizaje en la terminal y más del 60% de los vuelos sin escalas…
Fuente: www.cn
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