La noticia de que Uber sigue avanzando con su plan de instalarse en la ciudad de Buenos Aires se reforzó con la convocatoria de choferes y autos que la aplicación realizó a través de Twitter y Facebook. Y mientras los taxistas se proclamaron en “estado de alerta y movilización”, la realidad es que Uber, previo a su habilitación deberá gestionar un permiso administrativo, el cual está a cargo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En el mientras tanto los gobiernos de La Plata, Córdoba y Santa Fe rechazaron el desembarco del servicio por considerar que no cumple con la normativa vigente para el transporte de pasajeros.

Hoy la decisión está en la órbita del secretario de Transporte, Juan José Méndez. A partir de ahora los taxistas y remiseros tienen depositada su esperanza en las autoridades porteñas, las mismas a las que han reclamado por equidad legislativa durante tanto tiempo. Así, se abre paso a una nueva pulseada entre el mercado de derecho y la “competencia desleal”. Que, tal como explican desde el gobierno porteño y el sector turístico, si no fuera “desleal”, las puertas del comercio argentino se abrirían a un nuevo competidor.  

No sólo desleal, ilegal también

Mientras algunos medios aún cuestionan “por qué los taxis no aceptan competencia en la Argentina”, como si se tratara de un mercado monopolizado, el gremio de taxistas intenta explicar que Uber representa un brazo más del creciente cuerpo de “competencia desleal” que lastima a la rentabilidad del mercado legal en Argentina, ya que “roba” clientela, seducida por un sistema que no está regulado y que, por ende, permite ventajas competitivas.  

Pero, en paralelo al debate sobre su legalidad o su honestidad competitiva, Uber resulta ser un riesgo para todos aquellos pasajeros que decidan viajar a través de un servicio que no está reglamentado y mucho menos controlado. 
Si bien esta App mantiene sus propias “reglas de seguridad”, la realidad es que en caso de inconvenientes no existe un amparo legal para el perjudicado.

Uber sí, Uber no

La disyuntiva que se plantea en cuanto a si permitir o no la operación de Uber en Argentina, parecería que algunos conceptos fundamentales se escapan al tratar el tema. Es que el contraste entre las reglamentaciones y requisitos para ser taxista y ser conductor de Uber son alarmantes. 

A grandes rasgos, esta App utiliza la ubicación GPS del teléfono para que cualquier persona que disponga de ésta solicite un auto para trasladarse, y se le asignará el que se encuentre más cerca, incluso otorgando la posibilidad de compartir el viaje con otros desconocidos. Pero no se trata de un taxi convencional, sino que son autos particulares cuyos conductores son los dueños del vehículo.

Conductores vs taxistas

Mientras que los taxistas deben cumplir numerosos requisitos para ejercer como tales; los candidatos a conductores de Uber sólo necesitan seguir tres simples pasos: en primer lugar, los interesados deben crear una cuenta en su aplicación aportando nombre, apellido, correo electrónico y número de celular. Luego deberá presentar la documentación requerida: DNI, licencia de conducir, certificado de antecedentes penales, cédula y oblea de seguro del auto. Y, finalmente, un miembro del equipo de la empresa se pone en contacto con esta persona para ultimar detalles.
 
El interesado puede realizar un curso de capacitación, el cual puede hacer de tres formas: virtual, presencial o “autodidacta” (observando los videos de capacitación en el Portal de Uber Argentina). Éste deberá ser mayor de 21 años y tener un auto que sea año 2009 o posterior, de cuatro puertas, aire acondicionado, espacio para valijas y buenas condiciones generales. Y listo. 

La legalidad es seguridad

Mientras que en Uber los requisitos son ínfimos, el gobierno porteño no escatima en exigencias para poder circular como taxista o remisero por sus calles.

Según su sitio web la documentación a presentar consta de: cédula verde o título original a nombre del propietario de la licencia y su tarjeta magnética vigente, certificado de verificación técnica anterior, tarjeta de GNC vigente (si corresponde), certificado técnico del reloj y oblea del IRA (si corresponde). No obstante, para que el posible transporte sea aprobado, debe sortear más de 20 requisitos. 

Además, desde el Sindicato de Peones de Taxis (SPT) se exige, a quien quiera pertenecer, que atraviese los cursos de Formación Profesional Permanente. 

Asimismo, desde el SPT señalan que el objetivo pasa por promover la excelencia en la atención de los pasajeros. También insisten en remarcar que la idea es profesionalizar la actividad. Una vez concluido, se deberá realizar un examen psicofísico (psicológico, oftalmológico, auditivo y clínico).

“Los taxistas debemos cumplimentar ciertos requisitos que están bien, ellos no tributarían en ningún lado. Están alentando el trabajo en negro, ¿quién le paga al conductor? ¿Si tiene un accidente? ¿Dónde tributa el seguro de vida? La compañía de seguros para emitirte uno tenés que estar registrado para el transporte de pasajeros”, dijo José Ibarra, secretario general de la Federación de Conductores de Taxi.

Puertas cerradas a Uber

A priori, todo indicaría que Uber no conseguiría ingresar a la Argentina, al menos si no se ajusta a la legalidad, ya que de momento el Gobierno porteño considera a estos servicios como ilegales. 

Omar Viviani aseguró que la administración macrista se opone a esta plataforma: “El gobierno nacional está en contra. De hecho, hay una ley en la Ciudad de Buenos Aires que prohíbe la instalación de cualquier sistema que no sea por radiotaxi”.

Finalmente, el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli expresó que si Uber no cumple la ley “no ingresa”, aunque aclaró que aún “no ha hecho ninguna presentación” formal. “Estamos totalmente a favor de la modernidad, pero de la que cumpla con la ley. No podés tener un coche que cumpla con los requisitos para llevar pasajeros y otro que no, quien se adecúe a las normas podrá hacerlo sin problema”, expresó Santilli, y cedió: “Si nos sentamos en la mesa, si dialogamos, podemos llegar a algo que nos convenga a todos”. 

Plegarse a la Ley

La plataforma Uber mientras tanto ha confirmado su próximo regreso a España, donde su actividad fue suspendida a finales de 2014, con la prestación de servicios por parte de conductores profesionales a través de la aplicación UberX.

“Madrid! Uber is coming” anuncia la compañía en su cuenta oficial en Twitter para el mercado español con el acompañamiento de un video promocional de 25 segundos en el que un vehículo circula por emblemáticos lugares de Madrid como la Puerta de Alcalá o la Gran Vía, pero sin dar detalles ni fechas concretas para su retorno.

A través de esta cuenta de Twitter, Uber España ha explicado que esta vuelta se llevará a cabo a través de la aplicación UberX, un servicio de tarifas reducidas con un conductor profesional en el que únicamente podrán transportar pasajeros aquellas personas que posean un título de autorización. El 31 de diciembre de 2014, Uber anunció la suspensión temporal de su actividad en España tras recibir la sentencia formal que le prohibía dar servicio en el país.  

¿Servirá de ejemplo?

La situación que en Argentina se plantea de mano de Uber, ya había sucedido con EasyTaxi, una empresa que propuso un servicio similar, que tras solicitar autorización de operación a la Justicia (que fue denegada) optó por incorporar una flota de radiotaxis para adecuarse a la normativa.

Para esto es necesario remitirse a la ley 3622, que especifica que se puede abordar a un taxi en la calle, o mediante un llamado a un servicio de radiotaxi, invariablemente.

“Las empresas de radiotaxi tienen aplicaciones que han hecho ellos mismos. Es decir que si usted quiere con una aplicación solicitar un auto en cualquier esquina de la Ciudad de Buenos Aires, usted lo puede hacer. Acá lo que quieren es desregular todo el sistema”, explicó Omar Viviani, en referencia a las facilidades que Uber da para a los conductores para ofrecer sus servicios.