Desde que se anunció su construcción en el 2013 hasta este 2017 han pasado nada menos que cuatro años en los que, si bien la obra física se encuentra casi terminada, la licitación de la explotación todavía sigue dando vueltas, lo que impide poner en marcha esta rueda del Turismo de Reuniones que generaría importantes ingresos a la ciudad, rompiendo la estacionalidad, y por lo que tanto ha bregado el sector privado. 
El Centro de Convenciones de la Ciudad de Buenos Aires, ubicado en la intersección de las avenidas Figueroa Alcorta y Pueyrredón, se levanta en donde funcionara por décadas el Centro de Exposiciones de la Ciudad, y su original diseño semi-subterráneo tiene como fin generar el menor impacto ambiental, ya que su cubierta verde une el Parque Thays con la plaza República Federal de Brasil.  
Cuando esté en funciones tendrá tres salones -flexibles, que podrán dividirse y anexarse para diferentes funciones- con capacidad para 5200 personas y un estacionamiento para 900 autos, además de una conexión con la futura estación Facultad de Derecho del subte H.
Cuando en octubre del 2015 se hizo una presentación del predio para el trade durante la FIT el entonces Jefe de Gabinete del gobierno porteño, hoy devenido en Jefe de la comuna, Horacio Rodríguez Larreta, decía: “vamos a saldar una deuda de la ciudad con el sector, ya que el segmento que más valor agregado aporta, es también el que más gasta y no podíamos competir con muchas otras ciudades por no tener un lugar como este. Estamos seguros que vamos a poder aumentar la cantidad de visitantes, tanto de Argentina como del mundo”. En esa misma oportunidad el entonces ministro de Cultura, Hernán Lombardi decía: “el centro ya está para alquilarlo, y desde marzo para comenzar su funcionamiento. Incluso el 1 de noviembre se realizará un evento de ICCA acá”. Pero no fue así.

Un predio vacío
Las obras se hicieron en un plazo relativamente breve y fue costeada en su totalidad por el Gobierno porteño, por unos $440 millones, pero a pesar de todo ello el Centro de Exposiciones y Convenciones sigue sin recibir delegaciones, dilatando el proceso de licitación para su explotación por casi un año desde que se aprobara la Ley en la ciudad.
Aún antes de que se licitara ya contaba con la oposición de varios legisladores que no querían entregar una obra construida con fondos de la ciudad a un privado para que éste haga negocios, y que necesariamente deberían aprobar, porque cualquier concesión superior a cinco años debe contar con permiso parlamentario, ya que el proyecto es entregarlo a 15 o 30 años.   
En realidad la Ley que habilitó al proceso licitatorio tuvo sanción en la Legislatura porteña en mayo del 2016 cuando los diputados votaron y aprobaron la concesión del nuevo Centro de Convenciones por un plazo de hasta 15 años. La ley recibió la sanción definitiva con 53 votos positivos y cuatro negativos. En dicha Ley se establecía que el concesionario deberá hacerse cargo del mantenimiento y equipamiento del centro. También, de la cesión sin cargo de todas las instalaciones por el término de 45 días por año, para la realización de actividades que el Gobierno porteño determine.

Más tiempo 
En esta semana se dio a conocer que el proceso licitatorio del Centro de Convenciones sufrió una prórroga (ya que estaba prevista originalmente para esta semana) y se anunció que la fecha de apertura de los sobres será el 28 de abril próximo, con fecha de inicio de las operaciones para el mes de junio.
La licitación está abierta a nivel local e internacional, con pliegos que se adquieren por $20.000, en incluyen un plan de inversiones para las terminaciones del edificio que todavía no están hechas, así como la construcción del Paseo del Bajo, con la nueva conexión de la Autopista Illia -que pasará por detrás del predio y tendrá un acceso a éste-.
Según trascendidos los dos oferentes que competirán por la concesión habían elevado el pedido de más tiempo para llegar a cumplir con los requerimientos oficiales y la adecuación requerida en los pliegos.
Con estos nuevos plazos, el gobierno porteño espera ahora que a partir de mitad de año el CEC esté no solo adjudicado sino operativo. 
De hecho, ya se están cerrando negociaciones con operadores para realizar exposiciones a partir de julio. 
El canon que pagará quien se adjudique la concesión será de $ 15 millones anuales con una actualización escalonada en línea con el crecimiento del negocio.
Mientras tanto ya se dejó inaugurado el parque sobre el centro de convenciones de Recoleta en el que hay un circuito de lomadas y senderos con áreas de descanso y miradores, que podrán ser utilizados tanto por peatones y ciclistas como por estudiantes y chicos.