“Traje a toda mi clase para ver si podemos averiguar lo que sucedió. Queremos ir al hotel donde el capitán se escondió después del desastre”, contó una docente.Cientos de personas llegaron en barco a lo largo del sábado y el domingo hasta la pequeña isla en pos de la mejor posición en las rocas y con el objetivo de observar y fotografiar la silueta de la nave.
“La gente viene de todas partes de Italia sólo para pasar el día. Llegan con niños pequeños, creo que es de un pésimo gusto”, se lamentó Samantha Brizzi, gerente de turismo de la isla.