Rugen los motores en el Norte
Las provincias de Salta y Jujuy recibieron a los socios del Ferrari Club Argentino en un viaje único exclusivo para los bólidos de Maranello. Los afortunados conductores recorrieron los magníficos paisajes norteños y disfrutaron de la exquisita gastronomía regional. Al mismo tiempo, acordes provenientes de grupos folklóricos acompañaron en cada momento para terminar de redondear una experiencia fascinante.
El recorrido inició en la ciudad de Salta partiendo desde el hotel Sheraton con rumbo a Cafayate. Allí, y luego de almorzar en medio de los viñedos de Bodega El Esteco, en un ambiente único al pié de las montañas, el hotel Patios de Cafayate hospedó al grupo. En Purmamarca la responsabilidad de atenderlos estuvo en manos de El Manantial del Silencio, un espléndido hotel de estilo colonial que sirvió de posta para transitar a la mañana siguiente la Cuesta del Lipán hacias Salinas Grandes. Las paradas principales tuvieron lugar en la ciudades de Salta y Jujuy, Cafayate, Purmamarca y Salinas Grandes, recorriendo más de 1.000 km de pura sinfonía italiana.
En cada lugar, el convoy ha sido recibido de manera excepcional. “Elegimos venir a Salta y a Jujuy por los magníficos paisajes que rodean a los caminos, por su gastronomía y por su gran variedad de servicios de alta gama, pero sobretodo por la calidez de su gente”, comentó Andrés Canet, organizador del Cavallino Gran Turismo. Durante cuatro días las Ferrari revolucionaron el norte argentino. Salteños y jujeños tuvieron la oportunidad de vivir de cerca esta fiesta del motor, con miles de paparazzi amateur persiguiendo las máquinas del Cavallino Rampante en busca de una foto.
El evento contó además con el apoyo y la colaboración de la Secretaría de Turismo y Cultura de Salta, y de la Secretaría de Turismo de Jujuy, Bodega El Esteco, Puma, Guerlain, Peugeot, Red Bull, Vasalissa Chocolatier, Chronos BA, Termas de Reyes y Davicom. Cada uno de ellos aportó su granito de arena para que la experiencia de participar en el Cavallino Gran Turismo sea inolvidable. Un fin de semana rodeado de bellezas italianas, gastronomía del más alto nivel, hotelería de lujo y varias partidas de truco, que sirvieron para recargar las pilas para afrontar el último trimestre del 2011 con la mirada puesta en la próxima edición del Cavallino Gran Turismo, ya en 2012.