Récord para La Noche de los Museos
La señal de largada llegó por Twitter. "Julia Zenko comenzó el espectáculo en La Noche de los Museos", anunció Hernán Lombardi desde la Casa de la Cultura, el sábado pasado. Eran las ocho de la noche y decenas de miles de personas miraban expectantes el Puente Transbordador de La Boca, mientras otras tantas se reunían debajo de las escalinatas de la Facultad de Derecho de la UBA. La foto publicada en Internet por el ministro de Cultura de la ciudad de Buenos Aires marcó el inicio de la 8a edición de un ciclo que volvió a superar su récord: según datos oficiales, registró más de 700.000 visitas en 174 museos y espacios culturales en 27 barrios porteños.
Sólo el Centro Cultural Recoleta, el más concurrido, recibió a 70.000 personas; lo siguió el Museo de Arte Decorativo, con casi 50.000. Cerca de allí, el Museo de Arte Latinoamericano (Malba) repitió la postal de cada año, con una cola de más de una cuadra de gente esperando para entrar. Entre ellos, muchas familias con chicos y una gran cantidad de extranjeros.
"Buenos Aires logró un alto nivel de intercambio con las principales ciudades del mundo. La comunicación y la planificación favorecen el turismo cultural", observó el ministro, que consiguió elevar la oferta de la capital argentina a la par de Londres, París o Barcelona.
Al igual que la Milla de los Museos, modelo importado de Nueva York y Madrid, La Noche de los Museos es un buen ejemplo de cómo la cultura puede convertirse en un producto de exportación. La idea nació en 1997 en Berlín, donde se realiza dos veces por año; la 27a edición, en agosto último, estuvo dedicada al bicentenario de la independencia de 10 países latinoamericanos, incluida la Argentina.
Tanto éxito tuvo el proyecto que fue imitado por 100 ciudades en Alemania y 50 en el resto del mundo, y más de 3000 instituciones de 40 países de Europa participaron este año de la séptima edición de la Noche Europea de los Museos ( www.nuitdesmusees.culture.fr ).
Buenos Aires se convirtió en la primera ciudad de América en adoptarla, en 2004. Ese año participaron 29 museos y espacios culturales que recibieron 55.000 visitas; desde entonces se extendió por los barrios porteños y no paró de crecer en instituciones y público (este año se sumaron por primera vez el Teatro Colón y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires). A tal punto que el gobierno porteño decidió separarla de la Semana del Arte -otro programa de gran convocatoria, al igual que las Gallery Nights- porque, según Lombardi, llegó a tener "demasiada potencia" por mérito propio.
Un fenómeno similar es el de La Noche Blanca, nacida en París en 2002 y replicada en varias ciudades de Europa ( www.nochesblancaseuropa.eu ), y en Toronto, Lima y La Paz. Traducida para los porteños como La Noche en Vela, tuvo su primera edición en Buenos Aires el 26 de marzo pasado -en el marco de Tándem París/Buenos Aires- y llegó para quedarse en el calendario anual: la próxima será el 10 de marzo de 2012.
La diferencia con La Noche de los Museos es que La Noche Blanca es multidisciplinaria -abarca artes visuales, música, teatro y danza, e incluso los restaurantes ofrecen menús especiales- y hace mayor énfasis en espectáculos al aire libre que atraen un público masivo. En ambos casos, el objetivo es sumar gratuidad, vanguardia, ciudadanía y sostenibilidad.
"Malba participa de La Noche de los Museos desde su creación, y es una de las iniciativas más convocantes del año. Es una forma de unir esfuerzos públicos y privados para potenciar la convocatoria habitual a los museos y mejorar la oferta cultural de la ciudad, que cada vez impacta de forma más positiva en el turismo nacional e internacional", opinó Emilio Xarrier, gerente general de Malba.
El próximo jueves, los museos cederán la posta a las disquerías, y el 26 próximo será el turno de las librerías. Entusiasmado, Lombardi no descarta incluso recuperar un formato similar al de Estudio Abierto, el festival de arte y cultura contemporánea impulsado por el gobierno porteño entre 2000 y 2006. "Estamos trabajando en eso", aseguró.
Mientras tanto, el sábado pasado, miles de jóvenes celebraban los 190 años de la UBA bailando al aire libre en Recoleta al ritmo de La Bomba de Tiempo, y el colectivo Buenos Aires Sonora trabajaba en La Boca con músicos ingleses y noruegos que actuaron por primera vez en la Argentina convocados por Sigismond de Vajay, artista y curador de triple nacionalidad. Todo un símbolo de los nuevos tiempos.
Fuente: L