Los hoteleros presentes en la mayor de la mayor de las Antillas son de los más preocupados por el triunfo electoral del magnate.

La normalización ha dado un impulso turístico a Cuba y causa la visita de cientos de ejecutivos estadounidenses y de decenas de otros países que tienen un renovado interés en hacer negocios en la isla. Trump ha prometido revertir la visión de Obama de una apertura hacia Cuba a menos que el presidente Raúl Castro acuerde una mayor libertad política en la isla, una concesión que es considerada prácticamente imposible (American pide permisos para hasta 18 vuelos diarios de Miami a Cuba).

Donald Trump ya anunció que si ganaba las elecciones, modificaría el acuerdo de reapertura de relaciones entre su país y Cuba. El candidato republicano defendió que sólo mantendría la política hacia la isla si La Habana “cumple con nuestras demandas de libertad religiosa y política para todos los cubanos. El próximo presidente puede cambiar esa política y eso es lo que voy a hacer salvo que el régimen de Castro esté a la altura de nuestras demandas…  vamos a apoyar al pueblo cubano en su lucha contra la opresión comunista. El pacto de Obama solo beneficia al régimen Castro”.

El miembro del Partido Comunista y reconocido economista y politólogo, Esteban Morales, dijo a la cadena Telesur que los líderes deben estar preocupados debido a que esto representa un nuevo capítulo. Carlos Alzugaray, politólogo y diplomático cubano jubilado, dijo que, sin embargo, un triunfo de Trump podría complacer a algunos conservadores del liderazgo cubano que están preocupados de que Cuba se acerca demasiado a Estados Unidos y a demasiada velocidad.

Aunque muchos de los cubanos no estaban al tanto del estado de la contienda electoral, algunos de los que vieron la televisora estatal Telesur, o escuchaban las actualizaciones por radio, dijeron que temían que un triunfo de Trump significara perder las pocas mejorías que han visto en sus vidas desde el incremento turístico vivido tras el descongelamiento de relaciones (Starwood firma el primer hotel estadounidense en Cuba en 58 años).


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