La consigna en el festejo del 27 de septiembre invita a pensar la responsabilidad de toda la sociedad por conservar y alentar la diversidad natural, algo que no basta con gestos de voluntarismo político.

La Organización Mundial del Turismo propuso este año la “consagración de la diversidad” como disparador de los festejos del Día Mundial del Turismo, y recomendó a todos los países incrementar la oferta de atractivos. Sin embargo, esta consagración no es un hecho, por lo menos en el hemisferio sur, sino un desafío.
En nuestra región, los recursos naturales son un hecho central para el turismo. Los mismos obligan a que el Estado asuma su cuidado. Mensajero consultó a un experto en la materia, Antonio Torrejón, asesor del Ministerio de Turismo de la Nación, quien reflexionó sobre el pasado, presente y futuro, en un análisis crítico sin miramientos.

“Argentina es un país hipócrita”
Nuestro país cuenta con 400 espacios geográficos declarados áreas protegidas, y solamente está cuidando 70.
“En todas las jurisdicciones provinciales, los legisladores que quieren crear cosas en su paso, declaran lugares protegidos.
Supongamos el casco histórico de una estancia, si no lo ponés en valor -cosa que puede hacerse en forma combinada entre el municipio y el dueño del campo-, de qué sirve.
Ahí hay un punto gris de la “ley ideal” de la protección. Cuando se declara un área protegida y no se le destinan recursos, lo que se logra es multiplicar la agresión al lugar, porque están anunciados como lugares diferentes pero nadie los protege, es una gran contrariedad. Por otra parte, si no diversificás la oferta, no tenés elementos para sorprender y generar más clientes”, explicó Torrejón.
“Si nos vamos a adherir al año de la diversidad, llamemos la atención al país federal, ya que es poco serio designar lugares y no asumirlos en la responsabilidad de asignarles guardaparques, guardafaunas y generar un incremento en la oferta”, agregó.

Avances considerables
En Argentina se ha avanzado mucho en investigación, nunca había existido un Plan Federal como el actual, redactado por consenso, con el protagonismo de los privados, las provincias y los municipios.
“Pero, de la misma forma que para hacer los pronósticos hay que tener un sistema nacional de Observatorios Meteorológicos, tendremos que montar un sistema nacional de investigación de los mercados, asociado con el resto de los países de América del Sur.
Sin embargo, se ha avanzado más en estos siete años que en los 40 anteriores”, señaló el especialista.

El modelo chubutense
“Yo tengo mucha relación con los Parques Nacionales. Cuando los recorrí en el año 1963, para redactar la Ley de Turismo de Chubut, visité en su casa a Ezequiel Bustillo, quien es el verdadero creador de los parques de Argentina, más allá de que el disparador fue Perito Moreno. El me dijo: “ustedes tienen que desencadenar protección en las áreas naturales”. Por eso el artículo octavo que redactamos le pone al Turismo la obligación de promover la conservación”, indicó Torrejón.
Chubut tiene áreas protegidas provinciales como Península Valdés, que es patrimonio de la Humanidad, y cuenta con la figura municipal, para que los municipios se encarguen de espacios como loberías, apostaderos de fauna terrestre y acuática. Además hay una ley de Custodio Rural: si hay pinturas rupestres en un campo, el Estado ayuda al propietario a armar un plan de manejo, a promover el atractivo, y a hacer un negocio de la conservación.
“Hace veinte años que empezamos a cobrar entrada en las áreas protegidas de Chubut, logrando que se autofinancien. El límite no es un problema de costos”, dijo Torrejón.

Los feriados y la desinformación
En otro orden de cosas, hoy también se está hablando mucho de cómo ordenar el año calendario.
“Hay que organizarlo por ciertas circunstancias sociales, culturales, educativas, industriales y turísticas. Esto al Turismo le significa superar su mayor inconveniente: la estacionalidad. No se pueden amortizar establecimientos hoteleros ni gastronómicos si no tenés un mínimo de 100 días al año (el 33 por ciento) con las instalaciones usadas a nivel satisfactorio. En una época, a Mar del Plata le bastaban 45 días para cubrir el año, por los bajos costos fijos. Hoy ya no alcanza, ¿qué hacés con la estructura si no la podés amortizar?”, manifestó Torrejón.
“Hablar de la diversidad en este sentido, es hablar de generar un calendario que te provea más clientes para que utilicen esa oferta. Este calendario necesita hacer lo que hicieron en el siglo XIX los países industrializados. Todos los feriados que podían cambiar de fecha para su celebración, fueron pasados al lunes.
Si los feriados “gremiales” pasan al lunes, la conquista social no es de 24 horas sino de un compuesto de tres días.
Entonces, es un logro social y productivo, del cual el turismo -que es una práctica multidisciplinaria- se nutre fuertemente. Por falta de información, en Argentina no se ha sabido hacer una lectura correcta hasta ahora.
Creo que el proyecto en curso es un buen avance para despertar el debate”, concluyó el asesor del Ministerio de Turismo de la Nación.