Cuáles son los impuestos que más preocupan a los agentes de viajes
Martín Romano, tesorero de la Faevyt, dialogó con Mensajero sobre cuáles son los tributos que mayor asfixia producen a las empresas del sector.
Esta semana, una de las noticias que dominó la escena nacional fue el anuncio del ministro de Economía, Sergio Massa, en el que indica que a partir del 1.° de octubre próximo el piso del Impuesto a las Ganancias subirá hasta 1.770.000 pesos mensuales.
De esta manera, la medida impacta en 800.000 contribuyentes. A la par se envió al Congreso un proyecto de ley para que los cambios queden definitivos. “La iniciativa busca oficializar el mínimo no imponible de 15 SMVM, aunque mantiene la escala progresiva de alícuotas en valores que van del 27% al 35%, según la escala”, indicaron.
Si bien este anuncio no impacta de lleno en los dueños de las agencias de viajes, tal como ocurre en la mayoría de las modificaciones económicas que se hacen a nivel nacional se terminan sintiendo en las empresas del sector. Para conocer los alcances reales de esta novedad y el resto de las preocupaciones que tiene el sector en esta materia, Mensajero consultó a Martín Romano, tesorero de la Faevyt.
“A nosotros en realidad no nos cambia mucho como dueños de empresa, a los que le cambia, entiendo yo, es a los empleados que cobran ganancias, sobre todo vendedores que tienen comisiones abultadas o ciertos gerentes”, explicó Romano.
Asimismo, puntualizó en que sí puede beneficiar a las agencias de alguna manera el hecho de que siempre que el pasajero tiene más plata puede usarla para viajar, sobre todo un segmento más de clase media o media alta, pero no de otra manera porque la empresa sigue pagando los mismos impuestos.
Por otro lado, comentó que el resto de las medidas, las que son para monotributistas o autónomos, por ahí favorecen a los guías de turismo, que muchos sí son independientes, y en el segundo caso, que es unipersonal, se incluye a muchas pyme o micropymes.
LAS PREOCUPACIONES DE LOS AGENTES DE VIAJES
Por otro lado, Romano puntualizó en que entre los tributos que hoy producen mayor asfixia al canal se destaca el impuesto al débito y crédito: “Para nosotros es terrible, porque es distorsivo”.
Para entenderlo técnicamente, que sale plata del banco es un 0,6 % y cada vez que entra, también. “Si yo vendo un pasaje, cuando me pagan, que me entró la plata, me sacó el 0,6%. Cuando yo le pagué al proveedor, me saca también el 0,6 %”, detalló el tesorero de la Faevyt.
Al respecto, destacó que lo que hay que entender es que los agentes de viajes son comisionistas, entonces, por ejemplo, cuando venden un pasaje de avión, ganan por ahí un 3 % de comisión y el impuesto les come casi la mitad de eso.
“Además, hay que sumarle lo que nos queda a pagar por Ingreso Brutos, entonces ya está, nos mató. Y no solo eso, sino que de golpe vendemos un terrestre, pagamos Impuesto PAIS, que en realidad lo que estamos haciendo es recaudando para el Estado”, agregó Romano.
Hay un antecedente que es el de las concesionarias de autos, que también son intermediarias comisionistas entre Volkswagen, por ejemplo, y el cliente, que lograron no pagar ese 1,2 %. En este sentido, el tesorero de la Faevyt, destacó: “Estaría buenísimo para nosotros una medida de este tipo, porque así nos quita la rentabilidad o le encarece al pasajero el viaje. Porque de alguna manera lo terminas pasando al costo. Es un tema supercomplejo que nos gustaría o nos encantaría que alguna vez lo tengan en cuenta”.
INGRESOS BRUTOS TAMBIÉN BAJO LA LUPA
Sobre IIBB, Romano comentó que lo que sucede con este tributo es que cualquier negocio normal paga un porcentaje sobre la venta, pero que en cada provincia es distinto. Los agentes de viajes, al ser comisionistas, solo tributan sobre la utilidad, que es la comisión. “¿Pero qué pasa? -explica- cuando se vende con tarjeta de crédito terminan reteniendo, porque el Estado retiene, porque somos agentes de retención. Entonces empieza a quedar saldo a favor en las provincias y no se recupera nunca más, porque como no tributamos en esa provincia, nos queda crédito fiscal”.
A su vez, destacó que pedir una devolución es inviable, porque ahí hay que dialogar con cada fisco de cada provincia: “Obviamente, sale más caro todos los gastos de contadores, abogados, y ya está, lo perdí. Es un costo”.