Baremboim gratis para todos en el Obelisco
La batuta de Daniel Barenboim mañana se alzará en el Obelisco en un concierto gratuito y al aire libre . El maestro dirigirá a su orquesta West-Eastern Divan, conformada por jóvenes músicos palestinos e israelíes, con un programa que incluirá la obertura Leonora III y la Sinfonía N° 5 de Beethoven. “Es muy importante de vez en cuando realizar una manifestación multitudinaria para que se vea que la música clásica no es elitista ”, afirmó el músico en un acto de presentación que se hizo ayer en el Salón Dorado de la Casa de la Cultura.
El acontecimiento, organizado por el Ministerio de Cultura porteño, comenzará a las 15 con todo el tango de la Orquesta Típica El Porvenir, integrada por chicos de entre 11 y 20 años de la Villa 31, Villa Lugano y Barracas. Las primeras personas en llegar podrán ocupar las 8.000 sillas justo enfrente del escenario, que estará ubicado dándole la espalda al Obelisco, de cara al sur.
“Tocar en la avenida 9 de Julio es algo muy emotivo para mí, porque nací a pocas cuadras, en la calle Arenales. Y lo más importante es que el concierto será abierto a todo el mundo”, comentó Barenboim, que nació y vivió hasta los diez años en Buenos Aires, antes de que su familia se radicara en Israel.
“Además de lo que sucede en los teatros y salas queremos invadir el espacio público con la cultura y el evento de este sábado es una forma de completar este ciclo de conciertos del maestro en Buenos Aires”, señaló el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi.
Durante la presentación de ayer, el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, distinguió al músico con la medalla del Bicentenario. También le entregó una a Mariam Said, la viuda del intelectual palestino Edward Said, que junto a Barenboim fue el impulsor de la orquesta West-Eastern Divan en 1999 para promover la convivencia y el diálogo intercultural. “Es emocionante para mí. Ojalá estuviera aquí mi marido para recibirla”, agradeció ella. “Necesitamos mucha gente como ustedes para reflexionar sobre la humanidad y no caer en la violencia”, elogió Macri.
“El proyecto que iniciamos con Edward no es fácil, pero si puedo seguir haciendo lo que hago es por los años que pasé de niño en la Argentina, donde me acostumbré a pensar que no había problemas de identidades múltiples –señaló Daniel Barenboim–. Yo crecí en un país en el que se podía ser judío y argentino, musulmán y argentino, católico y argentino. Si hay algo para rescatar de los argentinos es la tolerancia con las minorías”.
Justo ayer se cumplieron 60 años del primer concierto público que ofreció Barenboim. “Fue el 19 de agosto de 1950. Naturalmente, no en el Colón porque nadie me conocía”, contó. Y también aprovechó para referirse al máximo coliseo argentino: “El Colón no pertenece a ningún partido político, o gobierno, sino a todos aquellos que pensamos que es el orgullo nacional”.
“Espero que no haga frío”, fue el deseo de Barenboim cuando la prensa le preguntó acerca de sus expectativas para el concierto de mañana. Quizás se le cumpla, porque el Servicio Meteorológico pronosticó una temperatura máxima de 23 grados.
Esta es la segunda vez que el pianista y director se presenta en el Obelisco. La primera fue en el caluroso 31 de diciembre de 2006, cuando tocó tangos junto a la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires y el maestro Leopoldo Federico. “Había 40.000 personas”, recordó ayer Barenboim, que desde el 18 de este mes y hasta el miércoles próximo ofrecerá una serie de conciertos en el teatro Colón y un