¿Cualquier hijo de vecino podría ejercer como agente de viajes? Hace pocos días llegó al Parlament catalán una Propuesta de Ley de Medidas Fiscales, Administrativas, Financieras y del Sector Público para este año, que incluye un cambio en la Ley 13/2002 de Turismo de Cataluña en la que se regulan los agentes de viajes y se sustituye su figura por la de “consultor”, lo que generó muchos pruritos entre los profesionales de la región, en vista de una posible desregularización del sector así como de fomentar el intrusismo en la profesión. Su protesta se está haciendo escuchar en todo el mundo. 
El proyecto, presentado por el grupo parlamentario Junts pel Sí, se debatirá en el Parlamento en marzo y las peticiones de los profesionales para que se elimine esa iniciativa no se hicieron esperar. La Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas (ACAVe), entidad española que nuclea a las agencias, emitió un pedido a través del popular portal de peticiones Change.org para recolectar firmas en contra de la medida y ya consiguió, al cierre de esta edición, casi dos mil rúbricas.
En este petitorio la entidad explica que “las agencias de viajes siempre han trabajado para diferenciarse en base a la profesionalidad, calidad de sus servicios y garantías al consumidor. La modificación normativa que se pretende y las enmiendas presentadas supondrán una desprotección del consumidor y graves perjuicios para el sector de las agencias de viajes”, además de que “la definición propuesta por Junts pel Sí abre la posibilidad a que cualquier persona física o jurídica que comercialice servicios turísticos, con independencia de que disponga o no de la garantía financiera para la comercialización y organización de viajes combinados, se pueda denominar agente de viajes”.
Asimismo, expresa que “esta situación dará lugar a un mayor incremento del intrusismo en nuestro sector, porque legalmente se autoriza a usar el nombre de agente de viajes a cualquier persona física o jurídica que se dedique a la comercialización y organización de servicios turísticos y por parte de la Administración será mucho más difícil, de lo que ya es a día de hoy, controlar si esta entidad que se denomina agente de viajes dispone de las debidas garantías para poder realizar esta actividad” y se muestra sorprendida ya que “no se ha producido ningún cambio normativo europeo ni estatal que motive esta modificación”.

Preocupación 
El agente peruano Manuel Matías Álvarez León, que trabaja desde hace casi 10 años en Barcelona para la agencia Europerú Viajes, expresó a Mensajero su rechazo a esta propuesta “porque está claro que es un despropósito que se deje la gestión y la organización en manos de cualquiera, esto provocaría grandes perjuicios para nosotros porque siempre brindamos seguridad ante cualquier imprevisto o eventualidad que se le pueda presentar a nuestro cliente”. Además, recalcó que “mi inversión y el tiempo que me toma para ser un profesional es invalorable y seguir creciendo cuesta mucho tiempo y dinero: constantemente participamos en seminarios, talleres, conferencias, webinars, viajes de familiarización a hoteles, restaurantes, tours, atracciones y todo ello con el sólo afán de poder hacer un viaje a la medida de los gustos y presupuesto solicitados. Y esta propuesta avala mucho intrusismo, la inseguridad, la estafa y, sobre todo, desprotección para el consumidor”.
También hubo muchos mensajes de profesionales del sector en el petitorio publicado en Change.org, como Sylvia Pallarès de Indigo Be Madagascar, un ejemplo que muestra que los problemas se podrían esparcir a otras partes del mundo. Indigo es una agencia de dirección catalana y equipo español, pero establecida en Madagascar desde el 2006. “Deseamos seguir trabajando con agentes de viajes profesionales, regulados, con garantía financiera”, recalcó Pallarès, y agregó que, sin embargo, “desde hace unos años ya venimos sufriendo el intrusismo de particulares que desempeñan la función de agentes de viajes sin estar regulados, ni con ninguna garantía”.
Y, como estos, hay cientos de casos más. Por caso, Olivia Grane, directora de la agencia Drac Viatges manifestó: “Llevo 17 años en el sector, tengo desde hace siete años mi propia agencia de viajes y estoy cansada del intrusismo en nuestro sector. Sólo nos falta ahora que se legalice y cuando suceda algo y no haya responsables, todos a llorar. Vergüenza de país en el que vivimos, en donde siempre hay que hundir a los legales y premiar a los estafadores”.
En la Argentina, miembros de la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (FAEVyT) se mostraron realmente sorprendidos cuando surgió la noticia. 
Jorge Ohaco, de Scotland Travel y miembro de la Comisión Directiva de la entidad manifestó a esta revista, en consonancia con los profesionales españoles, que de tomarse esas medidas “van a verse perjudicadas las agencias de viajes y los puestos de trabajo que se van a perder, pero antes de eso el perjudicado número uno va a ser el cliente, ya que, si bien hoy hay agentes free lances, existe una cierta idoneidad. Haciendo esto lo que se va a generar son montones de malas praxis con los pasajeros” y comparó con otras profesiones: “es como si todos pudiéramos ejercer la medicina. Cualquiera se va a poner un guardapolvo y va a decir ‘venga que le curo el dolorcito que tiene, total en internet está todo”.

Conflicto político
Hasta el momento, la asociación que nuclea a los agentes catalanes consiguió el apoyo de tres partidos políticos, pero afirman que muchos otros los ignoraron. 
Asimismo, también informaron que tuvieron reuniones con la Dirección General de Turismo, que “no ha ofrecido motivos claros que fundamenten y justifiquen esta modificación de la normativa y desregularización que ahora se pretende”. 
Lo que preocupa a ACAVe es que hay una total incertidumbre sobre la medida y se desconocen los motivos por los cuales se la quiere implementar. De hecho, Martí Sarrate, presidente de la asociación, afirmó que nadie entendió la iniciativa: “Ningún partido político lo ha entendido, ni nosotros mismos. Es la pregunta del millón”, y pronosticó que de reglamentarse la modificación de la ley “se perjudicará gravemente a las 1.713 agencias de viajes actualmente registradas en Cataluña que disponen de las garantías legales”. 
Desde ACAVe señalaron que nadie les había anticipado que se presentaría tal normativa: “Lo detectó nuestro equipo jurídico y pedimos explicaciones. A partir de ahí presentamos alegaciones y solicitamos que se mantuviera la actual legislación”, resaltaron.

Sobre llovido, mojado
Mientras algunos han calificado al mencionado proyecto de Ley como “una barbaridad, contradicción, despropósito o peligroso”, la emisora televisiva de ese país, Cadena 3. vaticinaba que las agencias de viajes convencionales “están condenadas a la desaparición” y que “no existirán dentro de unos años”. 
Tal opinión fue emitida en los noticieros del pasado 13 de febrero, por supuestos “expertos” en la materia. 
A raíz de ello, la Confederación Española de Agencias de Viajes -CEAV- les remitió una queja formal, si bien  la cadena argumenta que se trata de opiniones y, por tanto, no corregirá la información.“No puede valer todo en este sector, que es muy importante por su aportación al PIB y al mercado laboral. Por eso, no se puede tener abandonado, desregularizado y en manos de cualquiera y lamenta que este tipo de comentarios, muy ofensivos para los profesionales provienen de un profundo desconocimiento del sector, del crecimiento que está teniendo y de las estrategias que los agentes de viajes han desarrollado para que esto no ocurra”. 
Atendidos por sus propios robots
Otros inconvenientes a los que se enfrentan los agentes de viajes consisten en adaptarse a las nuevas tecnologías y evitar que el intrusismo se cuele por estos canales. Por ejemplo, la startup CorreYvuela, que se define como agencia de viajes, salió al mercado con la modalidad de venta de vuelos a través de WhatsApp, Facebook Messenger y Telegram. Según sus responsables, acumularon en un mes 15.000 usuarios. Funciona por medio de un bot, un programa informático que imita la conversación con un humano, el primero de lengua española que se dedica a la venta de vuelos con un precio final “más económico”, según explicó la compañía.
Al respecto, Jorge Ohaco de FAEVyT resaltó que “lo que hay que buscar es que el agente de viajes tenga idoneidad” y, como las nuevas tecnologías están para usarse, hay que adaptarse a ellas: “hace 20 años solamente hablábamos por teléfono con los pasajeros. En los últimos 10 años, se arreglaba todo por mail y este último año ya se está hablando por Whatsapp