El Inprotur recordó cuáles son las mejores actividades para hacer al aire libre en el futuro parque nacional que fue elogiado por el actor Leonardo Di Caprio.

Las experiencias al aire libre se han transformado en una de las búsquedas más frecuentes, sobre todo en tiempos donde aún debe prevalecer el distanciamiento social. En ese sentido, Argentina cuenta con varios paisajes espectaculares, con panorámicas imponentes, una de las siete maravillas naturales del mundo, la segunda montaña más alta del planeta y un espectáculo de diversidad natural, entre otros atractivos.

Para quienes busquen una experiencia alternativa y fascinante, Ansenuza es ideal, por su ubicación en Córdoba, cerca de la Laguna Mar Chiquita y los Bañados del río Dulce. De hecho, alberga los tres tipos de flamencos que se encuentran en Sudamérica, además de ser dueño del quinto lago salado más grande del mundo.

Halagada por el mismísimo Leonardo Di Caprio, Ansenuza vuelve a estar en escena a partir de los atractivos que resaltan una y otra vez, además de posicionarse como el nuevo Parque Nacional que tendrá el territorio nacional. Allí se concentran excelentes alternativas para el viajero e inagotables paisajes naturales dentro de sus 433 mil hectáreas.

A partir de las buenas repercusiones que está teniendo este atractivo turístico, el Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur) recordó cuáles son las cinco experiencias impostergables al momento de visitar el Parque Nacional más nuevo de la Argentina.

Ansenuza, un imperdible de Argentina

Avistaje de aves

Las preferidas son las aves rosas de patas esbeltas, más conocidas como flamencos. A partir de su elegancia inconfundible deslumbran a más de un visitante y en la laguna de Mar Chiquita (o Ansenuza) están tres de las seis especies que existen en el mundo: el flamenco austral, el andino y la parina chica. Los primeros han hecho del Parque su hábitat y hoy son más de 300 mil los que residen en la zona.

Más allá de estas especies, allí habitan más de 350 especies de aves. De hecho, en la región de Ansenuza se pueden encontrar el 36% de las aves argentinas y el 66% de las aves migratorias y playeras registradas en el país. Ambas razones son suficientes para postular este Parque Nacional como una de las mejores coordenadas de Argentina donde apreciar la avifauna (regional y migratoria) en todos sus tamaños y colores.

Como si esto fuera poco, en las costas de la laguna conviven aves acuáticas como el cisne coscoroba, el tero real, la gaviota capucho café, el biguá, la garza blanca y muchísimas más.

Senderismo por el Parque Nacional

Conocer a fondo las tierras del Parque y dejarse asombrar por su biodiversidad es un imperdible para quien lo visite. En lo que a sus paisajes respecta, hay islotes, humedales, entornos salinos, costas altas y bajas, y el reconocido bosque chaqueño. Lógicamente, la diversidad de ambientes implica una fauna de lo más variada. Incluso, el encanto de esta coordenada no se reduce únicamente al avistaje de aves, ya que aquí conviven mamíferos, anfibios y reptiles de todo tipo. De hecho, también lo habitan especies en riesgo de extinción como la tortuga terrestre, el lobito de río y el aguará guazú.

Ansenuza, un imperdible de Argentina

Navegar las aguas del Mar Ansenuza

Córdoba no tiene salida al océano, sin embargo, se podría considerar que tiene su propio mar. Si bien no es catalogado como tal en términos geográficos, el Mar Ansenuza es el lago salado más grande de Sudamérica y el quinto en el mundo. De hecho, posee casi tres veces más concentración de sal que la que puede llegar a tener un océano. Otro agregado es que son aguas que incluso tienen propiedades medicinales. Navegarlas, sin dudas, es una experiencia completamente envidiable. Además, uno de los puntos panorámicos más estratégicos para la famosa golden hour es desde arriba del agua. En general, se recomienda recibirla con un trago en mano para brindar por la hermosa postal.

Cabalgatas en La Paquita

El territorio cordobés se sitúa como uno de los más elegidos para disfrutar de los ecuestres. Con sus sierras alucinantes, se presta a la perfección para conocerla a caballo. Si bien la zona del Parque Nacional Ansenuza no es la excepción, el recorrido por la  localidad de La Paquita es más que recomendable.

Se trata de un paseo rural de aproximadamente una hora y media que desemboca en la costa de la Laguna de Mar Chiquita y en el cual se pueden apreciar los paisajes agrestes, la fauna del monte y, desde ya, una enorme diversidad de aves. Las recomendaciones giran en torno al horario, ya que aconsejan hacerlo bien temprano para deleitarse con el amanecer o más bien tarde para disfrutar del atardecer. Sea cual sea la decisión, los rayos del sol dibujados sobre el horizonte serán una postal difícil de olvidar. De hecho, muchos dicen que desde acá se vive uno de los mejores atardeceres del mundo.

Ansenuza, un imperdible de Argentina

Sobrevolar la zona

Recorrer el suelo cordobés es una actividad cautivadora. Ahora bien, conocerlo desde las alturas significa redoblar la apuesta y vivir una experiencia todavía más increíble. La ruta en avión, si bien se extiende por fuera de los límites del Parque Nacional, sobrevuela la localidad de Miramar - el centro turístico más desarrollado de la zona -, además de la desembocadura de los ríos Primero (o Suquía) y Segundo (o Xanaes). Ambos ríos forman parte de la cuenca cerrada a la que pertenece el Mar de Ansenuza.

Desde arriba da la sensación al turista de turno de que la Laguna es, de alguna manera, inagotable. Incluso, desde el avión no se alcanza a ver el final de su ancho de 100km de largo. Y lo mejor de todo es que, al incluir la zona donde se alimentan muchas de las aves del Parque, se puede admirar cómo algunas de ellas - que vuelan en bandada - dibujan en el cielo un espectáculo completamente coordinado e hipnotizante.

Por último, para los fanáticos de la historia, el camino aéreo sobrevuela las ruinas del Gran Hotel Viena que junto a 100 hoteles más, sufrió las consecuencias de las crecidas de la Laguna en 1997 y hoy se establece como el símbolo de un momento histórico.