Recorrer la Quebrada de Humahuaca es descubrir un paisaje colorido desandando el camino del tiempo; hacia un pasado geológico de 600 millones de años que se une a los 10.000 años de presencia del hombre.

De sur a norte, la Quebrada de Humahuaca nace en Volcán, donde abruptamente las montañas abandonan el verde y dan paso a serranías ocres y marrones que protegen el primer cementerio de altura del recorrido.
Sin abandonar el contorno del Río Grande, se arriba a la localidad de Tumbaya, que cobija su bella iglesia construida en el año 1796, actual Monumento Histórico Nacional, ubicada frente a una plaza que fue testigo del paso evangelizador de San Francisco Solano.
Al desviarse por la Ruta Nacional Nº 52, se ingresa a Purmamarca, pueblo de leyendas y cantores, que posee una iglesia dedicada a Santa Rosa de Lima que data del año 1648. El pueblo de Purmamarca ha sido construido al pie del internacional-mente conocido “Cerro de Siete Colores”.
Después de retomar la Ruta Nacional N° 9 hacia el norte, se arriba a la Posta de Hornillos, donde funciona un museo de objetos y costumbres coloniales. En su entorno se encuentran importantes sitios arqueológicos dignos de ser visitados.
Más adelante, el pueblo de Maimará tienta al visitante. Allí el color y la imaginación vuelven a hacerse presentes en la "Paleta del Pintor", cerro de formas anilladas que emerge sobre la banda del Río Grande. Unos kilómetros más adelante se llega al pueblo de Tilcara, ubicado en la margen derecha del Río Grande. Su gran Pucará, hoy reconstruido en parte, es una muestra palpable del esplendor de sus antiguos moradores, los tilcaras. Este pueblo ofrece variadas propuestas culturales, artísticas y recreativas a los visitantes.
Hacia el Norte, después de pasar por Huacalera y cruzar el Trópico de Capricornio, se llega a Uquía, que en su Iglesia atesora una de las colecciones más importantes de los famosos “Ángeles Arcabuceros”, emblemáticos de la pintura cuzqueña de la época colonial.
La ciudad de Humahuaca, corazón mismo de la Quebrada, aguarda al visitante plena de atractivos naturales, históricos y culturales. Entre estos últimos se destacan el Monumento a los Héroes de la Independencia y la imagen articulada de San Francisco Solano, que cada mediodía hace su aparición en la plaza central para bendecir al pueblo.
Avanzando hacia el norte, el paisaje se endurece y se tiñe de marrones y grises. Se pinta de cardones, de montañas y de cielo. Allí, oculta, se encuentra la silenciosa localidad de Iturbe.
Tres Cruces da la bienvenida a la Puna desde lo alto de Azul Pampa, mostrando en sus barrancas rojas el nacimiento norte del sanguinolento Río Grande, fuente y origen de los 10.000 años de historia manifiesta tanto en la riqueza cultural prehispánica como en numerosas formas culturales españolas, amalgamadas, en la actualidad, por acción de siglos de conflicto y convivencia que dieron origen a un extraordinario patrimonio cultural de la Que