La fábrica de los rumores se puso a andar a toda velocidad la última semana y todo por la presencia en el país de uno de los propietarios de la compañía irlandesa low cost Ryanair, quien mantuvo encuentros con representantes de Andes Líneas Aéreas y el Ministro de Transporte Dietrich. Hasta allí la verdad más pura. Todo lo demás son versiones que no se acercan a la realidad y que deberán explicar quienes hicieron rodar la bola. 
¿La fuente? Directa y sin intermediarios. 
Esta vez los que vieron y escucharon que Ryanair comenzaría a volar en el 2017 se dejaron llevar por el entusiasmo de dar una primicia que se va a diluir al paso del tiempo. 
Ups!

En la presentación en Buenos Aires de un importante evento de una provincia norteña se vio un claro ejemplo de lo que significa ser porteño y porqué se los quiere tan poco en el interior del país.  
Una artesana que se encontraba presente haciendo gala de su habilidad en el manejo de los materiales y métodos tradicionales fue encarada por uno de los asistentes que haciendo gala de su ignorancia le preguntó una y otra vez con qué material trabajaba, el que no era ni exótico, ni dificil de encontrar. La cara de la artesana refejaba su asombro y, como era de esperar, no atinó más que a responderle “lana de oveja”, sin dar más explicaciones.
¿Será posible?  

Una importante cadena hotelera acaba de quedarse sin representante tras la sorpresiva renuncia de quien ejerció ese cargo por poco menos de un año. 
Las razones de la dimisión no se hicieron públicas pero el rumor que daba vueltas entre sus colegas es que la patronal exige mucho más de lo que da. Y no es porque paguen mal, sino porque la tarea debería ser ejercida por un grupo de personas, no por un sólo individuo, ya que las distancias en el continente americano son bastante más considerables que las que tienen en España de donde son originarios sus propietarios. 
¿Y si les mandan un mapa? 

Son muchos los empresarios y empleados de agencias de viajes y operadores turísticos que se quejan amargamente de las pocas ventas, la baja de la rentabilidad, su pelea por las comisiones de AR, y muchos más etcéteras. Será por eso que llama la atención que cada tanto alguno se levante de su mesa y brinde para agradecer el poder ser parte de esta profesión que “nos permite viajar, conocer el mundo, hacernos de amigos y pasar momentos tan agradables en innumerables encuentros como el que nos convocó a esta cena”. 
Sabias y sinceras palabras de un operador que merecieron los aplausos de sus colegas presentes. ¡Bien por él! 

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