La nostalgia va a apoderarse de muchos argentinos en los proximos meses. A más de uno se le verá caer un lagrimón cuando caminen por Plaza San Martín y se encuentren con las puertas cerradas de uno de los más emblemáticos hoteles porteños.
Si bien todo tiene una explicación lógica: el cierre programado tiene que ver con volverlo a poner con sus mejores galas, aquellas con las que abrió en 1909, para seguir siendo parte de la historia de Buenos Aires.
Hasta pronto Plaza Hotel!

Muchos de los que madrugaron el lunes para viajar a Mendoza con el vuelo inaugural de Andes Líneas Aéreas se quedaron con las ganas de escucharlo decir algunas palabras. Pero no fue posible.
El mencionado personaje llegó, se juntó para las fotos con las autoridades, posó al lado del avión y raudamente emprendió el camino de regreso a la puerta de salida. 
¿No tendría nada para decir o era demasiado temprano para hilvanar un discurso?
Lamentablemente no encontramos la respuesta a tal interrogante.   

Ahora parece que ni laptops ni tablets se van a poder llevar a bordo en los aviones que viajen desde algunos países de Medio Oriente a los Estados Unidos. 
¿Cuál será el límite para la intolerancia 
y la ignorancia?    

Pero al final ¿estaban dormidos o no?
Las primeras informaciones dadas a conocer por los medios de prensa nacionales hablaban de la “irresponsabilidad” de los controladores aéreos de La Rioja que no respondían al llamado de un avión de Austral que debía aterrizar a primera hora de la mañana y que tuvo que demorar la maniobra por 8 minutos al no obtener repuesta de la Torre de Control. “Estaban dormidos”, dijeron.
Las respuestas no tardaron en oirse y al final la culpa la tiene el viento, la empresa o el azar que adelantó el horario previsto de llegada ya que la Torre sólo abre 15 minutos antes del primer aterrizaje del día.   
“Menos mal que no fue a la hora de la siesta, porque ahí sí que se les acababa el combustible”, dicen que dijeron algunos opinadores. Ups! 

Siempre viene bien hacer algo de catarsis y esta vez el escenario fue antes de un desayuno al que habían sido invitados un grupo de agentes de viajes. 
-Pero ¿cuándo va a empezar la presentacion?, estoy aquí desde hace media hora y todavía nada! protestaba uno de los asistentes.
-Estamos esperando al resto, le contestaron los organizadores.
-¿Porqué tenemos que esperar a los impuntuales y perder nuestro tiempo si a los que cumplimos el horario siempre nos faltan el respeto? se encolerizó el susodicho caballero, que acto seguido se levantó y se fue sin siquiera probar una medialuna.   </div