Desregulación de los micros: alertas y novedades para el sector
Desde Celadi conversaron con Mensajero y además de analizar pro y contras de la medida, también adelantaron cambios como la segmentación de tarifas por uso o no de equipaje.
En octubre de 2024, a través del Boletín Oficial el Gobierno nacional comunicó que por medio del decreto n°883/2024 desregulaba el Transporte Automotor de larga y media distancia, dando una vuelta de 180° para todos aquellos operadores que prestaban este servicio. Con la creación del nuevo Registro Nacional de Transporte de pasajeros, el libre establecimiento de recorridos, horarios, precios y duración de los servicios comenzó a verse como la nueva realidad para el sector.
No obstante, los grises aparecieron luego del cambio de 180°. Tras dejar de ser considerado como un servicio público, con categorías para los diferentes métodos de transporte y el establecimiento de una tarifa estándar para los viajeros con requisitos de logística básicos, aquellos que quieran iniciar su empresa de servicio de traslados solo deberán estar inscriptos en un registro digital informando las rutas que desean.
Con este panorama, Mensajero dialogó con la Cámara Empresaria de Larga Distancia (Celadi), quienes explicaron cuáles son las alertas, que advirtieron tras la desregulación, y los beneficios que permitirá, con el paso de los meses, a medida que se vaya implementando la nueva normativa.
Desregulación: el lado negativo de la medida
En la actualidad, el ómnibus conecta 1600 destinos con los servicios terrestres, previo a la desregulación las empresas de transporte debían hacer lo que se conocía como “servicio lechero”. Esto quiere decir: si la ruta era Buenos Aires - Mendoza, pese a que los destinos “rentables” sean las dos mencionadas, en el camino el coche de traslado debía entrar a cada pueblo buscando a los pasajeros de las terminales garantizando la conectividad. Sin embargo, con los cambios en las normativas, ahora las empresas decidirán si realizar estas paradas intermedias. Con esta realidad, la desconexión de pueblos en el intermedio de las grandes ciudades podría agravarse, dejando en desamparo a las pequeñas poblaciones.
Por otro lado, a la desconexión se suma la incertidumbre de la efectiva realización de los servicios. Si bien, ahora se puede inscribir como prestador cualquier persona con su vehículo y un registro de conducir, la necesidad de tener una estructura logística que respalde el funcionamiento de ese nuevo operador es fundamental.
Para ejemplificar lo mencionado, desde Celadi desarrollaron: “En algún momento le dijimos al Estado, que se debía poner alguna barrera de entrada, no por no querer competencia, sino para que se mantenga el nivel de servicio. El que opera tendría que tener una cantidad mínima de vehículos, una capacidad logística, un respaldo económico. Supongamos que si la empresa opera con un precio supersignificativo y vende un mes y medio de pasajeros, pero luego se le rompió la combi, no tiene la capacidad de devolver esos boletos. No es un tema de seguridad específicamente, sino un tema de capacidad operativa”.
A pesar de lo expuesto, desde Celadi informan que aún no se dieron casos de desconexión y de registro de nuevos prestadores de servicios. Aunque consideran que tras la desreglamentación, el viajero paso a tener una nueva responsabilidad para con su viaje. “El sistema antes estaba muy estandarizado, eso garantizaba prestaciones mínimas muy claras para el pasajero. Este obliga al pasajero a estudiar un poco más quién es esa empresa”, enfatizaron.
Desregulación: el permiso de dar respuesta a la demanda de los pasajeros
En contraparte, según la cámara, el lado positivo de la decisión tomada por la Secretaría de Transporte del Ministerio de Economía y el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado es que la liberación de esta regulación permitió actualizar muchas normas que habían quedado viejas y “no acompañaban el desarrollo y la necesidad de los pasajeros y la demanda". Y que, además, "no eran claras en cuanto a su operación”.
Por ejemplo, comentaron que vieron como un aspecto muy positivo que algunas empresas empezaron a tomar acciones a partir de esta libertad de pensar mucho más en el pasajero y se adaptaron más a las necesidades pasajeras, de ofrecer servicios que antes no estaban.
Uno que fue realmente muy bien acogido y que recién algunas empresas están aplicando es el servicio pet friendly, es decir, poder llevar a las mascotas, perros y gatos en el bus. Si bien, no es que en todas las empresas se puede viajar con los animales, hay un horario específico que esté identificado para hacerlo. Por ejemplo, Flechabus y Plusmar permiten hasta dos mascotas y van en una butaca particular, es decir, que se les cobra es el 50 % del asiento.
Asimismo, otro cambio que se planea implementar a futuro es la segmentación de los costos en el boleto. Esto quiere decir que se cobrará el equipaje de manera opcional. “La regulación te va a permitir, como ocurre en el aéreo, que si alguna empresa lo quiere, diga que segmenta el precio y descuenta el equipaje. Entonces el boleto es más económico porque el equipaje es opcional.”
Temporada de verano sin regulación, cuál es la realidad del transporte terrestre
Finalmente, con medidas desreguladas o no, la temporada de verano es un hecho. Con una competencia contra los Cielos Abiertos y las propias empresas terrestres, Mensajero consultó a Celadi acerca del desarrollo actual del periodo vacacional.
“El balance es un verano que está teniendo una demanda aceptable. Tal vez, hasta inclusive, un poquito mejor de lo que esperaba el sector en función de lo que había sido el año. Era una caída muy pronunciada. Pero todavía no se ve ningún impacto, ni una gran llegada de nuevos actores al sistema, ni un surgimiento de rutas. Entendemos que será a partir de marzo, cuando termine la temporada, que se van a empezar a ver los mayores cambios”, cerraron.