El vuelo entre Nueva York y París dura en condiciones normales aproximadamente ocho horas. 
Así estaba programado el AF 007 que haría ese trayecto el domingo 25 de febrero con un moderno A380 entre las dos ciudades. 
Pero ese día los pasajeros tardaron 24 horas en llegar al destino prometido. ¿Las causas? Una demora de 6 horas por mal tiempo en el aeropuerto norteamericano.

El retraso provocó que el piloto tomara la decisión de aterrizar en Manchester (Reino Unido) una hora antes de llegar a París, dado que había cumplido sus horas laborables y según normas de la aerolínea debía comenzar su horario de descanso. Trabajo a reglamento que le dicen. 

Las reglas son claras y están para ser cumplidas. Las que rigen la labor de los pilotos de la compañía francesa no difieren mucho de las del resto del mundo: su jornada laboral es entre 11 y 13 horas de vuelo.
Aunque allí no termina la historia del AF 007. 
Para empeorar la experiencia de los 440 pasajeros que volaban a la capital francesa, al aterrizar en Manchester el avión alertó acerca del mal funcionamiento de una puerta lo que impedía que la cabina fuese presurizada. 
La consecuencia fue la negativa de la tripulación a seguir volando con ese aparato. Resultado... se solicitaron aviones más chicos para ir en rescate de los cansados viajeros, que debieron estar seis horas a bordo del A380 hasta que los acomodaron en una terminal del aeropuerto británico.

En caso de que el caro lector no se haya dado cuenta aún estamos hablando de una de las compañías aéreas más grandes e importantes del mundo. 

Finalmente los dos A320 y el A318 llegados desde París debieron esperar a que se distribuyeran los pasajeros y verificaran uno por uno sus papeles, tarea encargada a un solo empleado ayudado por un agente de policía. Mientras  tanto ¿y el equipaje?, bien gracias, llegó a bordo de un vacío A380 horas antes que sus dueños.

Los tweets de los pasajeros no se hicieron esperar y denunciaron que se encontraban en condiciones “poco dignas, sin comida ni baños”, y se preguntaban cómo los compensaría la compañía.
Al leer esta odisea no podemos menos que preguntarnos cómo habrían titulado esta noticia los medios argentinos si el hecho hubiera sido protagonizado por Aerolíneas Argentinas, no?

Sin dudas al día siguiente nos despertaríamos sospechosamente alarmados por algún medio de alcance nacional que con letras de molde y título catástrofe nos informaría que el hecho es producto de las malas inversiones y de mantenimiento provocado por un grupo político que se apoderó de nuestra aerolínea de bandera.<