Semanas atrás, en plena campaña electoral, el Ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, volvió a poner en el tapete la idea de que se trataría en el Congreso el tema de los feriados puente derogados en enero de este año y los pasajeros que se movilizaron durante el último fin de semana largo le dan la razón a esta iniciativa.

Más allá de la grieta que este tema ha provocado entre los que los defienden a ultranza y los que los rechazan de plano, la realidad indica que el movimiento económico generado no puede pasar desapercibido, fueron $1.182 millones de pesos en gastos directos realizados por los turistas.

A pesar de haberlo hablado en más de una oportunidad el tema no pierde vigencia ante cifras tan contundentes, no sólo para los destinos receptivos sino también para los transportistas que en algunos casos, como las líneas aéreas, rompieron récords de pasajeros.

El último fin de semana largo dejó en claro una vez más el poder económico que tiene la actividad turística en nuestro país fortaleciendo la desestacionalizaciónde los destinos turísticos e impulsando el desarrollo de las economías regionales.

La contundencia de los datos estadísticos llegados desde la mayoría de los destinos vernáculos no resisten análisis económicos en su contra dejando en claro el impulso que representa para el bolsillo del empresario y las arcas de los municipios cada vez que este hecho se produce.

El último fin de semana largo  dejó en claro una vez más el poder económico que tiene la actividad turística en nuestro país fortaleciendo la desestacionalización de los destinos turísticos e impulsando el desarrollo de las economías regionales.

Además las localidades que integran del interior del interior como San Antonio de los Cobres, Tartagal, Colonia Carlos Pellegrini, San Rafael, La Banda o Villa Rumipal, entre muchas otras, han encontrado en el movimiento turístico generado por el fin de semana largo una instancia superadora para sus economías que de otra forma no la hubiesen logrado.

A este respecto funcionarios y dirigentes sectoriales se hicieron eco de la repercusión económica y tímidamente esbozaron la esperanza de que el gobierno revise la política al respecto, sin embargo los más de 638 mil pasajeros son una prueba tangible de que el turismo también puede mover montañas.