El Catedral es un volcán
La novedad sacudió a la gente de Bariloche y no es para menos.
Según los dichos de un concejal barilochense aparentemente la concesionaria del Cerro Catedral, CAPSA -Catedral Alta Patagonia Sociedad Anónima-, logró “entre gallos y medianoche” un importante acuerdo con el intendente de la ciudad que le extendería la franquicia de la montaña por 30 años más.
Las voces opositoras surgieron inmediatamente desde todos los rincones de la ciudad, ya que al parecer este acuerdo no beneficiaría a Bariloche como se esperaba.
Luego de que finalmente la Justicia reconociera el traspaso de la jurisdicción provincial a la municipal, brindándole a la ciudad la oportunidad de planificar el futuro del Cerro, el objetivo debería ser mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos e involucrarlos en su desarrollo. El barilochense desde siempre ha vivido de espaldas al Cerro como si fuera una carga muy pesada, sin terminar de aceptar que es el atractivo que les aportó millones de turistas y de pesos a lo largo de la historia del destino.
“Las voces opositoras surgieron inmediatamente desde todos los rincones de la ciudad, ya que al parecer este acuerdo no beneficiaría a Bariloche como se esperaba”
Sin embargo nada está dicho todavía, porque aún debe expedirse el Concejo Municipal, que volverá a reunirse en marzo del año que viene y se necesitan 2/3 de los votos para que esta Carta de Intención quede firme.
Entendemos que para ese momento deberán haberse revisado con detenimiento los números que produce anualmente el Cerro, que en esta temporada, por ejemplo, se estima la facturación de CAPSA en alrededor de $ 2.000 millones, habiendo pagado por la concesión el equivalente a 12 mil pases de esquí diarios de adulto, lo que traducido a pesos serían aproximadamente 16,3 millones. Insuficientes para la oposición al Intendente Gennuso.
En caso de que el Consejo de el visto bueno por lo actuado hasta el momento por el Intendente de Bariloche, CAPSA además debería invertir U$S 22 millones en los próximos 5 años y admitir un régimen de revisión cada 10 años de la marcha de la concesión.
Quienes aseguran que este acuerdo de Gennuso con la empresa de la familia Trappa es positivo, explican que en realidad con esta Carta de Intención se habrían frenado las demandas contra el Municipio que habían surgido por el vacío jurídico que se había producido en el indefinido traspaso del Cerro de la provincia a la Ciudad.
Pero no es este el fin de la historieta, ya que además existe un negocio inmobiliario, reclamado en numerosas oportunidades por los concesionarios sobre el derecho de utilización de 70 hectáreas en la montaña, las cuales, al parecer, serían cedidas en explotación por un período de 50 años pero sin otorgar la titularidad de las tierras.
Tratando de tener una visión objetiva de la situación resulta muy difícil comprender que se pueda resolver con una simple Carta de Intención este conflicto. El Concejo Municipal con todos sus integrantes, sin importar su afiliación política, debería observar qué es lo mejor que podría pasar para uno de los destinos turísticos más importantes de la República Argentina, basando los términos de la concesión con la mira puesta en un futuro sustentable para todos y sin caer en los egoísmos políticos y económicos que nos caracterizan.