Dice la Ley de Murphy: “Si algo puede salir mal, entonces saldrá mal” y debemos reconocer que con la inauguración del nuevo aeropuerto low cost de El Palomar finalmente sucedió.

El viernes 9 de febrero, bien temprano a la mañana, todo estaba listo para que Nelson, el primer avión de Fly Bondy, la aerolínea de Julian Cook, llegara a la renovada aerostación de la provincia de Buenos Aires para dar inicio formalmente a sus operaciones.

La expectativa era grande, ya que el modelo low cost, tanto de aerolínea como de aeropuerto, es nuevo en esta parte del mundo, aunque muy probado en Europa, Asia, Estados Unidos, México, Chile o Brasil.

Para cubrir el evento estaban presentes las cámaras de los principales canales de noticias, prensa gráfica, periodistas digitales y curiosos, además de una manifestación de vecinos que siguen oponiéndose a su funcionamiento porque perderán el silencio del barrio.

Si bien estaban anunciadas algunas tormentas y el Servicio Meteorológico había emitido un alerta “por lluvias fuertes y hasta posible granizo” hasta allí se acercó el Ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, dispuesto a dar inicio a esta parte fundamental de la Revolución de los Aviones. ¡Puede fallar! decía el famoso ilusionista Tu Sam… y falló.

La suma de eventos desgraciados comenzaron en la ciudad de Córdoba, desde donde partiría Nelson bien temprano, algo que no sucedió porque el clima en la ciudad mediterránea impidió cumplir el horario, pero como si esto no fuera suficiente cuando las condiciones lo permitieron, y estando ya en pleno vuelo, se tomó la decisión de desviar el vuelo a Ezeiza debido a la escasa visibilidad. Según las autoridades de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) “Debe haber un mínimo de 2.700 metros de visibilidad y cómo había 1.800, el piloto decidió ir a un aeropuerto alternativo”, explicó Agustín Rodríguez, titular del organismo.

Casi rozando lo improvisado, las autoridades nacionales dieron por concluidas las obras de puesta a punto del aeropuerto de El Palomar, donde habían priorizado la sala de pasajeros, construida en 2010, y el hormigonado, mantenimiento e iluminación de la pista, dejando para más adelante la instalación de todo el sistema de balizamiento que permite que los aviones puedan operar en condiciones de escasa o nula visibilidad, ¿era ne’sario?

Febrero es un mes de escasa conflictividad climática, es cierto, pero una vez más lo atamos con alambre, ¿Porqué?, ¿Para qué?

Se entiende que nadie esperaba una tormenta de esta envergadura el día de la inauguración, pero qué pasaba si sucedía al día siguiente, o al otro, o dentro de un mes… Evidentemente, lo que podía salir mal ¡salió muy mal!

El aeropuerto low cost de El Palomar quedó formalmente inaugurado para las aerolíneas low cost. Por ahora demasiado low cost.