Una lucha incansable
Una tonalidad gris se ha apoderado de Villa La Angostura, un poblado turístico del sur argentino, por la erupción del volcán Cordón Caulle el pasado cuatro de junio, situado al otro lado de la Cordillera de los Andes, en Chile, el país vecino.
"Tenemos una capa de 40 centímetros de arena volcánica, nuestro pueblo parece un balneario de la costa y siempre que sopla el viento, cualquiera que sea la dirección, nos llega ceniza o arena", dijo lamentándose el alcalde del lugar, Ricardo Alonso, en declaraciones realizadas días atrás a Associated Press.
El panorama es desolador: lagos de color esmeralda cubiertos de ceniza y arena volcánica, hoteles y comercios desocupados y con los números en rojo y los aeropuertos de la región sin operar y sin poder llevar turistas al lugar.
A estas alturas, sus moradores pelean por salvar la temporada turística invernal y su supervivencia económica.
La nube de ceniza volcánica, que a lo largo de junio viajó desde el sur de Argentina hacia el noreste, causó múltiples inconvenientes entre ellos el colapso del tráfico aéreo en los dos principales aeropuertos de Buenos Aires, donde operan vuelos domésticos, regionales e internacionales.
Debido al polvillo grisáceo que sobrevoló la capital, miles de personas que querían viajar a la Patagonia tuvieron que quedarse en tierra en varias ocasiones, lo que ocasionó cuantiosas pérdidas económicas en la zona.
Los componentes de las cenizas, como el silicato y los gases sulfúrico y clorhídrico, contaminan los componentes electrónicos de las aeronaves, actúan como una lija sobre su fuselaje y pueden paralizar los motores en vuelo.
Un informe realizado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, difundido por la agencia oficial de noticias argentina, Telam, dice que la emisión de cenizas del volcán está estable aunque decreciente.
Dijo también que la ceniza alcanza una menor altura y su volumen es menor. La dispersión del material volcánico todavía alcanza hasta 400 kilómetros. "Las direcciones de dispersión de cenizas son variables de acuerdo a los vientos predominantes, afectando a poblaciones chilenas y argentinas", añadió el informe.
Otro informe del Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile, del 29 de junio, dice que "las posibilidades de un evento explosivo aún permanecen debido a posibles obstrucciones del conducto por la lava emitida y/o cambios en la dinámica de la erupción, aunque es poco probable que alcance la magnitud de la primera fase eruptiva".
Para el turismo, la situación es tan crítica que el gobierno nacional y los provinciales han anunciado una batería de medidas para ayudar a damnificados y garantizar, dentro de lo posible, el arribo de turistas argentinos y extranjeros en plena temporada de esquí.
Gobiernos y legislaturas provinciales declararon la emergencia económica y/o social, el gobierno nacional postergó el pago de impuestos en los sectores de gastronomía y hotelería de Bariloche, y, junto con Aerolíneas Argentinas, preparan rutas de vuelo alternativas a La Patagonia o combinaciones con rutas terrestres.
Las cenizas y arenisca volcánica también afectaron, en menor medida, a Bariloche, a 1.630 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Bariloche es la ciudad turística por excelencia de La Patagonia. Tiene 515 hoteles, según la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica local, y cientos de restaurantes. Su economía depende, en el invierno austral, de visitantes que suelen llegar entre mediados de junio y fines de agosto.
Se alza junto al imponente lago Nahuel Huapi, en cuya orilla de enfrente se encuentra Villa La Angostura, a unos 80 kilómetros. Sus pistas de esquí en los cerros cordilleranos son muy frecuentadas, especialmente en julio, cuando tiene lugar el receso escolar.
Los comerciantes y operadores turísticos de la zona admiten, en voz baja, que es casi imposible salvar el mes de julio cuando llega el grueso del turismo internacional de Brasil.
"No puedo decir si la temporada de invierno ya está perdida, pero va a ser difícil remontar la situación porque es una catástrofe lo que estamos viviendo", dijo el alcalde Alonso, que no recuerda situación semejante en Villa de Angostura, de 14.000 habitantes.
El poblado sufrió largos cortes de energía eléctrica y de agua y la rotura de techos de viviendas. Las autoridades de la provincia de Neuquén, donde está situada la villa, decretaron la emergencia económica y social y la declararon "zona de desastre".
La medida incluye parajes aledaños a la ciudad turística y significará importantes beneficios impositivos y subsidios especiales para la localidad.
"Es difícil cuantificar las pérdidas económicas", dijo a AP el titular de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Villa La Angostura, Sergio Rossi. "Desde que el volcán entró en erupción, la facturación es prácticamente cero".
Los ingresos anuales del lugar oscilan entre 97 y 104 millones de dólares. El turismo y la construcción son las principales actividades económicas.
"Hay una pérdida proyectada en un periodo de seis meses de 48 millones de dólares, contando con lo que ya se ha perdido en junio, unos 16.9 millones de dólares", dijo Rossi sobre las pérdidas para Villa La Angostura.
El alcalde Alonso dice que la ayuda del gobierno nacional y el de la provincia de Neuquén "está prometida para seguir sacando arena con camiones" y mediante la exención o rebaja de impuestos. "Pero creo que merecemos más atención" afirmó al sostener que luchan "por su supervivencia económica".
Santiago Perrota, dueño del apartahotel Lomas del Correntoso, con capacidad para 90 personas, padece la situación en Villa La Angostura "con mucho desencanto". Dijo a AP que los únicos ocupantes en las últimas semanas fueron "voluntarios" de un comité de emergencia que "están limpiando la ciudad y repartiendo comida".
Bariloche ha tenido la suerte de recibir, en los últimos días, a los primeros grupos de estudiantes secundarios que disfrutarán de su viaje de egresados. Suman más de 2.000 y llegaron por vía terrestre desde Buenos Aires porque el aeropuerto de Bariloche está cerrado desde la erupción volcánica.
Los servicios públicos, agua potable, luz y gas, están garantizados. Miles de barolichenses se organizaron para limpiar la ciudad de cenizas y arena volcánica con escobas, palas, rastrillos y carretillas.
Los hoteles de cuatro y cinco estrellas comenzaron en los últimos días de junio a abrir sus puertas, luego de que durante casi todo el mes permanecieron cerrados o en guardias mínimas, otorgando vacaciones anticipadas a su personal.
"La ocupación en junio fue bajísima, la más baja que se haya registrado", dijo a AP Daniel García, titular de la Cámara de Turismo de Bariloche. La temporada invernal comienza a mediados de junio y se prolonga hasta septiembre incluido.
En el invierno, Bariloche recibe a unos 250.000 turistas argentinos y extranjeros. Unos 40.000 son brasileños. Un 60% del total de los visitantes llega en avión, según Daniel García, titular de la Cámara de Turismo de Bariloche.
Alejandro Marabí, dueño de un local de venta y alquiler de ropa de esquí en el Cerro Catedral, donde están algunas de las pistas de esquí, no ve un futuro muy promisorio.
"El mes de julio lo damos por perdido. Apostamos a que mejore en agosto, si se abre el aeropuerto. Fundamentalmente, los turistas que llegan por avión, de importante poder adquisitivo, y los brasileños son los que alquilan ropa de esquí en el cerro y es el segmento que más dificultades presenta" porque llega por vía aérea, sostuvo.
Días atrás, la Administración Nacional de Aviación Civil de Argentina dijo que el aeropuerto de Bariloche permanecerá inactivo por lo menos hasta el 8 de julio.
Hace varios días que no ha caído ceniza, pero los fuertes vientos de la zona "traen de nuevo los restos" posados en los alrededores, que ocupan la pista, dijo García.
Si se mantiene cerrada la estación aérea, el municipio estima que las pérdidas en Bariloche serán de unos 150 millones de dólares. El cálculo está basado en la cantidad de potenciales turistas, promedio de estadía y su gasto diario.
Durante junio, el municipio barilochense perdió 364.000 dólares de recaudación. Debió invertir 412.000 dólares para el pago de horas extras y alquiler de maquinaria para limpiar las calles.
La legislatura de Bariloche declaró el "desastre económico y social". Los comerciantes esperan obtener beneficios del gobierno nacional y el de la provincia de Río Negro, donde se sitúa la ciudad.
Si el aeropuerto de Bariloche sigue cerrado, el plan para garantizar la llegada de turistas a la zona se hará a través de los aeropuertos de Neuquén y Esquel y los viajeros serán trasladados por tierra. Bariloche está a unos 430 kilómetros de Neuquén y a 300 de Esquel.
Cuando anunció el plan de ayuda días atrás, el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, dijo que "todo está sujeto a lo que la actividad volcánica permita".
Las medidas económicas para Bariloche incluyen un 30% de descuentos en hotelería, menús de 70 pesos (17 dólares) y ofertas en los medios de elevación para llegar a las pistas de esquí.
Estas iniciativas son del Ente Mixto de Promoción Turística de Bariloche (EMPROTUR), que recomendó a los operadores poner en marcha un plan de descuentos.
Otra localidad turística beneficiada por las medidas del gobierno nacional es Ushuaia, a 3.260 kilómetros al sur de la capital argentina y al pie de la Cordillera de los Andes. No sufrió la caída de ceniza, pero en junio dejó de recibir a viajeros procedentes de Buenos Aires o que hacían escala en esa ciudad por problemas aéreos.
Aerolíneas Argentinas, el Ministerio de Turismo y la provincia de Tierra del Fuego, donde está Ushuaia, "garantizan que de no desistir la actividad volcánica, en los casos en los que la ruta aérea regular hacia Tierra del Fuego no esté operable, los viajes se realizarán a través de una ruta alternativa por el océano Pacífico, que permitirá mantener la conectividad durante el período invernal", dijo Recalde de Aerolíneas Argentinas.
Para garantizar su frecuencia, el gobierno nacional, el provincial y el sector privado destinarán 600.000 dólares.
La Administración de Parques Nacionales decidió eximir del pago de canon correspondiente a junio, julio y agosto a las empresas concesionarias de varios parques patagónicos, entre ellos el de Tierra del Fuego.
Alberto Andersen, gerente del Hotel Las Hayas, en Ushuaia, señaló a AP que en dicho establecimiento de cinco estrellas "hubo pérdidas de unos 121.000 dólares en junio por la casi inexistente entrada