Una colección de arte en el mar
Un barco es un barco, diría un neófito de la industria de cruceros, pero al momento de entrar al lobby del Oceania Marina toda esa percepción cambia.
Colores cálidos, obras de arte por donde uno pose la vista, calidad en los materiales de sus muebles, y hasta en las telas con que están cubiertas las paredes, todo apunta a un producto que responde exactamente al mote de Premium.
La vista se dirige obligadamente hacia la escalera central, una obra de arte en sí misma con cristales Lalique especialmente diseñados para la empresa. Una delicadeza.
Marina (y Riviera) son los barcos más grandes de la compañía con 66.084 toneladas y capacidad máxima para 1.250 pasajeros.
Las cabinas más impresionantes son las Owner Suites de 186 metros cuadrados con lujosos muebles de Ralph Lauren Home, con una amplia sala de estar y comedor, un gran dormitorio con una cama King Prestige Tranquility, un elegante baño, vestidores para hombre y para mujer, un magnífico vestíbulo y una sala de música con vista al mar.
Básicamente el Marina se ha diseñado para los amantes de la gastronomía exquisita y las experiencias de viaje, por lo que ofrece a los huéspedes múltiples opciones, de los cuales seis son restaurantes gourmet con asientos no asignados, que pueden usarse sin recargo.
La experiencia gourmet
En barco cuenta con nueve restaurantes a bordo con diferentes especialidades: la cocina francesa en su mayor esplendor puede saborearse en el Jacques, del famoso Master Chef Jacques Pépin; la cocina asiática se sirve en el Red Ginger, un salón distribuido en perfecta armonía según el Feng Shui; el Polo Grill ofrece todas las especialidades de la parrilla que van desde la mejor carne a una espectacular langosta de Maine; Toscana sirve cocina italiana de ayer y de hoy presentado en una vajilla Versace elegante y con un diseño personalizado; Terrace Café es el ámbito ideal para desayunar, almorzar o cenar una selección de platos internacionales o pizzas tanto en su sector cubierto como en las mesas al aire libre; Waves es un restaurante estilo buffet con un estilo informal con hamburguesas gourmet y suculentos mariscos; el Grand Dining Room con cubiertos de plata, copas de cristal y personal elegantemente vestido. En definitiva sofisticación pura.
Los dos únicos restaurantes que exigen reserva previa son La Reserve y Privée. El primero es sólo para 24 comensales que pueden vivir la experiencia de The Wine Expectator en tres menus diferentes. Por otro lado el restaurante de impecable color blanco, Privée, puede reservarse para 10 huéspedes privilegiados.
Arte por doquier
Las cientos de pinturas, esculturas y obras de arte se descubren en cada rincón. Basta con admirar los dibujos de Picasso en el Bar del Casino o los 6 Miró, para comprender que se trata de un producto relamente excepcional.