Aunque todavía no está dicha la última palabra, las negociaciones se susciten y se haga cada vez más evidente el “apoyo” de un hombre fuerte / decisor del PRO, el problema de la basura entre la Ciudad de Buenos Aires y los hoteles porteños sigue más sucio que nunca.
Por su parte, en el trasfondo de la cuestión y en pleno tire y afloje, Mensajero Turístico pudo averiguar que el principal escollo en esta batalla sería un funcionario porteño de Ambiente y Espacio Público que no quiere dar el brazo a torcer, quen seguiría encaprichado en no discriminar y que “todos paguen”.

Una sola bandera, dos posiciones
Bajo la premisa de cumplir con los objetivos de la Ley de Basura Cero, el gobierno porteño los acusa de grandes generadores de residuos, obligándolos a clasificar sus residuos y pagar para que sus desechos sean tratados y enterrados por la Coordinación Ecológica Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse).
Desde la vereda privada aseguran que los hoteles de 4 y 5 estrellas en el peor de los casos ocasionan 500 litros de basura diarios y no una tonelada como describe la normativa. Por lo cual, deberían estar exentos de dicho canon.
En tanto, y con la Reglamentación de la Ley 1854 vigente, son varios los empresarios que se encuentran en infracción, en riesgo de ser multado por incumplimientos con hasta  $30.000, e incluso arriesgando la clausura de sus establecimientos. No obstante, unos pocos decidieron pagar los 10 o 12 mil pesos mensuales que les cobraría una de las compañías de recolección de basura más importante, apenas son 15 las habilitadas pero todas oscilarían entre esos importes como base.
En conversaciones con este medio, fueron varios los hoteleros que se mostraron preocupados por el tratamiento de la basura y queriendo buscarle una pronta solución al respecto. Sin embargo, todos los consultados coincidieron que esta reglamentación no era el camino, dado que su esencia parecería ser más con fines de recaudatorios que en pos de contribuir con el medio ambiente.

En carne propia

“Nos quieren cobrar de cualquier modo, no les importa el reciclaje”, resumió un hotelero porteño; quien agregó: “Es dramático cuando un funcionario te mire como un paganini”. En este contexto, comentó que en un momento complicado para el país en vez de ayudar, el Gobierno sale compulsivamente hacer esta carga impositiva.
Remarcando que es necesario resolver el conflicto de la basura y llegar a buen puerto no sólo por el Medio Ambiente sino también a nivel educativo y consciencia global, el empresario declaró: “No creo que sea una persecución contra los hoteles, pero no entiendo porque nos discriminan y a quienes ejercen alquileres informales o mismo los apart, no controla ni se los obliga a pagar”.
No obstante, adelantó que hay muchos organismos de la Ciudad que están imbuidos de la problemática para hacerle entender a una persona que no está haciendo bien su trabajo. Y dijo: “La separación está en 1000 litros, y es lógico que te los cobren, pero los hoteles de 4 no llegan a esa cantidad ni siquiera teniendo restaurante llenos”.
Para terminar, y esperanzado en qué el Ejecutivo revierta la situación, remarcó: “Estamos en la misma vereda, la de la legalidad. Pero no nos están tratando bien, siendo una de las principales actividades económicas de la Ciudad. Así y todo mínimamente queremos que se estudien los verdaderos volúmenes de cada establecimiento antes de legislar, para que la norma sea justa”.
Por su parte, un vecino de la Capital Federal propietario de un hotel de 4 estrellas, le confió a este medio que no hay nadie que con sentido común se oponga a un mejor manejo de la basura, pero sí están en contra de métodos ilógicos para reciclar. “Poner en la misma bolsa a todos es el gran error. Quieren que paguemos sin importar la basura que generemos”, sostuvo el empresario; quien enfatizó: “Ahora somos nosotros los que subsidiamos la tarea de la Ciudad”.
En esta línea, comentó que “nos pusieron a los hoteles por una presunción y no por un análisis de desechos generados. No hay ninguna lógica ni asociación entre estrellas y basura”. Y  agregó: “Siempre se castiga al sector formal de la hotelería, los edificios que son plenamente para alquileres temporarios están exentos no solo de estar cargas y presiones, sino también de controles”.
Por último, dijo que es un costo adicional importante, “que vuelve a poner en riesgo miles de puestos de trabajos”.
Asimismo, una colega suyo de la urbe porteña destacó: “Pretender que la reducción se haga porque el contribuyente debe pagar al recolector no tiene sentido”. Y retrucó: “El estímulo por generar menos impureza, se torna en un negocio para algunos privados y el resultado final es que no se cumple el espíritu de la Ley, que es disminuir la basura”.
En tanto, destacó que quieren participar del reciclaje pero imponer tasas arbitrarias sin bases sólidas es síntoma de una acción meramente recaudatoria. Al respecto, señaló que si se comprueba que determinados alojamientos generan una tonelada de basura diaria se podría hablar de una razonable tasa municipal. “El estímulo que se marca pareciera ser para que nos volquemos a la ilegalidad, si total los apart y edificios enteros para alquileres informales que tienen cocina y generan más basura orgánica que nosotros, no están contemplados en la norma”.
En la misma sintonía, está un hotelero del centro de la Ciudad de Buenos Aires que explicó: “No estamos contra la Ley, sino contra el sentido y su redacción que la hace discriminatorio y con fines solamente recaudatorio”. Y siguió: “Nos quieren hacer privatizar un servicio que antes daba el GCBA”.
Contentos con la obligatoriedad de separar residuos, indicó que seguirán luchando para defender sus derechos y se dicte un decreto reglamentario diciendo que están obligados a pagar quienes realmente generan una tonelada de basura. “Nuestro volúmenes de desechos húmedos no llega ni a un cuarto de lo que nos acusan”, manifestó; y terminó: “Siguen cazando en el zoológico y no atacan a quienes ejercen la competencia desleal”.
Indignado con la reglamentación de la Ley, otro hotelero porteño advirtió que se están comiendo los pocos ingresos de los empresarios. “Todos los días tenemos algo nuevo para recaudar, llámese alguien que regule ascensores, el agua o caldera. No se conforman con el tremendo aumento del ABL, que ahora tenemos que contratar servicios para que retiren la basura”, enumeró.
Afirmando que no son muchos los establecimientos que pueden justificar el cobro, el empresario puso el ejemplo del aceite: “Hace un tiempo que nos encargamos de contratar el servicio de retiro de este producto, pero cuando los llamamos y se enteran de las cantidades ninguna empresa quiere venir. Lo mismo pasará con la basura”. Para finalizar, quiso dejar en claro que ni su hotel de 5 estrellas como muchos más de 4, son grandes generadores de basura.

Expectantes
Confiados en el ancho de espada que tienen como interlocutor para que le baje el copete al hombre del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, y le haga entender no sólo la importancia de la continuar con el mancomunidad entre el sector público- privado, sino también la injerencia del Turismo en la actividad económica de la Ciudad, los hoteleros porteños se volverán a reunir en los próximos días con las autoridades pertinentes en buscar de que se revea esta reglamentación.
Al parecer, todavía quedaría mucha tela por corar. ¿Se viene otro round o fuman